El Museo Evaristo Valle es el "Asturiano del mes" de LA NUEVA ESPAÑA correspondiente a febrero, cuando se inauguró la crucial muestra "El paisaje en la colección de arte contemporáneo del Museo Evaristo Valle". Un premio que el confinamiento impidió anunciar hasta ahora y que se justifica además por la sostenida trayectoria de excelencia de este centro de arte. El museo abre sus puertas en la parroquia de Somió, en Gijón, y cuenta con un modelo de propuesta cultural con alta participación privada al servicio de todos los asturianos.

Animado y dirigido por una fundación, el Museo Evaristo Valle, que en 2021 cumple 40 años, ha sido capaz de organizar más de 500 exposiciones de primer nivel. En las instalaciones de la hermosa finca de "La Redonda" se han visto obras inéditas en el Principado de El Greco, Rubens, Goya, Picasso o Jasper Johns, entre otros. Un trabajo que ha sido fundamental, además, para preservar y dar renovada vigencia al extraordinario legado artístico de Evaristo Valle (1873-1951), uno de los grandes de la pintura asturiana y española de la primera mitad del siglo XX.

A esa doble e intensa actividad, inexplicable sin la labor tenaz y el aquilatado criterio de quien ha sido el director artístico del museo desde el primer día, el escultor y fotógrafo Guillermo Basagoiti, hay que añadir la constante atención a los nuevos creadores asturianos, al arte contemporáneo que se hace en el Principado. La prueba es la muestra sobre el paisaje inaugurada en febrero. Ideada a partir de fondos propios, la exposición incluía piezas de artistas asturianos tan contrastados como Rubio Camín, Melquíades Álvarez, Josefina Junco, Rodolfo Pico y Guillermo Simón. O el parque escultórico al aire libre, con unas cincuenta obras (del citado Rubio Camín a Amador, Javier del Río o Maojo), que hace de los 16.000 metros cuadrados de "La Redonda" uno de los jardines privados más hermosos de España. Un remanso de naturaleza viva, con 120 especies de árboles y arbustos.

El Museo Evaristo Valle ha venido completando esa hiperactividad enfocada hacia el arte con una minuciosa contribución didáctica: cursos y talleres dirigidos a niños y jóvenes, por ejemplo. Y con una atención, también sobresaliente, a los conciertos o a las publicaciones de calidad. Como ha señalado con acierto Beatriz López Rubio, el museo es hoy un "centro cultural de referencia".

Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 24 de julio de 2015; Medalla de Honor de la Academia de Bellas Artes San Fernando en 1984 y con una mención de honor, al año siguiente, en el "Museo del Año en Europa" por su innovadora programación cultural, el Evaristo Valle instituyó hace tres lustros, con el objetivo de salvar el proyecto tras el recorte de ayudas públicas, una Asociación de Amigos del Museo. Un ejemplar y plausible modelo de mecenazgo, al modo de otros países en los que este tipo de instituciones ocupan un lugar estratégico en la cultura.