Nicolás Medrano y Daniel Prefasi invitan a los lectores a un Viaje alucinante al interior del cuerpo humano (Espasa), un fascinante recorrido que mezcla lectura y realidad virtual para regalar una experiencia única de inmersión completa. ¿Preparados? Listos. Ya:

¿Qué viaje le espera a los lectores?

Un viaje alucinante en el que podrán descubrir el interior del cuerpo humano, recorriendo la médula ósea, los vasos linfáticos y sanguíneos y el sistema nervioso. Un viaje que les hará comprender mucho mejor el funcionamiento de nuestro cuerpo y más concretamente de los sistemas inmunológico y nervioso. El primero encargado de defendernos de los ataques de microbios y toxinas, el segundo el que nos hace pensar, sentir y en definitiva ser como somos. Ambos fundamentales para la supervivencia del ser humano.

¿Qué aporta la realidad virtual y la realidad aumentada?

Las nuevas tecnologías como la realidad virtual y aumentada son las que hacen que este viaje sea fascinante. La realidad virtual nos permite introducirnos en un mundo de 360º y realizar un viaje inmersivo en el interior del cuerpo humano, descubriendo las complejidades de los sistemas inmunológico y nervioso. No hay mejor manera de aprender que vivir la experiencia en primera persona puesto que nos acerca a ese mundo increíble que normalmente no somos capaces de contemplar. Por otro lado, la realidad aumentada es una herramienta muy interesante que hace que las figuras 2D salgan del libro en 3 dimensiones y nos permite una visión mucho más realista del cerebro y de sus distintas áreas. Además la realidad aumentada fomenta el aprendizaje aportando datos interesantes al observar la imagen en 3D y permite hacer ciertos minijuegos para evaluar el aprendizaje de los lectores como por ejemplo colocar cada lóbulo en su lugar del cerebro o identificar las distintas áreas del cerebro que participan en el lenguaje.

¿Es una obra para todas las edades?

El libro está escrito de una forma didáctica para hacer llegar la ciencia a todo el mundo. Por supuesto los niños más pequeños puede que no entiendan algunos conceptos pero a partir de unos 9 ó 10 años creo que se puede disfrutar del contenido del libro. Eso sí, los pequeños disfrutan mucho con la realidad virtual y aumentada. El libro puede ser leído por adolescentes y adultos que estén interesados en aprender acerca del funcionamiento de nuestro cuerpo y creo que es muy interesante incluso para que los padres y los hijos lo lean y disfruten juntos.

¿Llegaremos algún día a conocer por completo la inmensidad del cuerpo humano?

La ciencia avanza a pasos agigantados y probablemente en algún momento seamos capaces de conocer muchos de los secretos que aún guarda el cuerpo humano, pero al ser algo tan complejo no me atrevería a predecir si llegaremos a conocerlo al 100%

¿Su libro es un ejemplo de cómo deberían impartirse las enseñanzas en colegios y universidades?

Nuestro libro muestra como las nuevas tecnologías pueden ayudar al aprendizaje. Poco a poco, las nuevas tecnologías se han ido incorporando a la enseñanza, como el uso de ordenares o tablets en las aulas. La realidad virtual podría ser una herramienta complementaria muy útil, puesto que el hecho de que sea inmersiva y en ocasiones interactiva favorece el aprendizaje, el hecho de ver en primera persona a los linfocitos en su medio o a las neuronas en el sistema nervioso mejora mucho la comprensión de procesos complejos. Tanto la realidad virtual como la realidad aumentada podrían ser herramientas didácticas utilizadas en los colegios y universidades, e imagino que en unos años probablemente se utilicen de forma habitual en las aulas como ahora se usan otros dispositivos electrónicos.

¿Cuál es la aventura del viaje que más les impresiona?

La aventura que más impresiona, es el viaje en sí. Poder recorrer los lugares descritos en libro dentro de una pequeña nave mientras nos explican dónde estamos y que estamos viendo. Poder recorrer la médula ósea, los vasos linfáticos y sanguíneos y el sistema nervioso es una experiencia mágica que nos traslada a ese mundo del cuerpo humano que habitualmente no podemos visitar. Un mundo lleno de lugares recónditos y de células que se encargan de que nuestro cuerpo funcione como una máquina perfecta. La mejor parte es experimentar lo que hemos leído en el libro en la realidad.

¿El cuerpo humano tiene la complejidad del cosmos?

El cuerpo humano es un microcosmos debido a los miles de funciones que se están produciendo para que estemos vivos. Por un lado, el sistema inmunitario está compuesto por múltiples tipos de células que evitan el ataque de microorganismos o toxinas que podrían hacernos enfermar. El entrenamiento de éstas células inmunitarias para defendernos de los patógenos es muy complejo. Al mismo tiempo el corazón bombea sangre a todo el organismo, los pulmones captan oxígeno y eliminan dióxido de carbono del cuerpo. Nuestro sistema digestivo nos permite absorber los nutrientes necesarios que nos proporcionaran la energía para que todo funcione. Y por supuesto, el sistema nervioso que nos hace ver, escuchar, comprender, respirar, movernos, sentir y es el responsable de nuestra conducta y de nuestra personalidad. Imaginemos la complejidad del cuerpo humano para que todo esto pase al mismo tiempo, 24 horas al día y 7 días por semana sin parar y de forma coordinada y eficiente durante toda nuestra vida.

¿Qué es lo más fascinante del sistema de defensa?

Como prácticamente todos los sistemas del cuerpo humano, el sistema inmunológico trabaja sin descanso para cumplir su función. Curiosamente, para que funcione apropiadamente es necesario que se cumplan dos preceptos: que el sistema inmunológico reconozca lo propio como propio (cuando esto falla, surgen las enfermedades autoinmunes, donde un antígeno, molécula o proteína propia se confunden con ajenas y se monta una respuesta encaminada a destruir el estímulo) y que sepa identificar lo ajeno como tal (esto falla en los procesos neoplásicos, donde las células neoplásicas aprenden a engañar al sistema inmunológico). Por otro lado, una característica importante del sistema inmunológico es su capacidad de aprendizaje y memoria, una vez que reconoce antígenos dañinos, guarda una especificidad hacia ellos, lo que hace que responda más rápidamente a estímulos conocidos. Finalmente, decir que no existen dos sistemas inmunológicos iguales, cada uno de nosotros posee una impronta inmunológica única, si a esto sumamos los aprendizajes específicos de cada sistema, es comprensible la complejidad en el estudio de este sistema.

¿El sistema nervioso tiene muchos secretos por resolver?

El sistema nervioso es como un pequeño microcosmos formado por más de 80.000 millones de neuronas, más o menos, la mitad de las estrellas que existen en la Vía Láctea. Probablemente es el sistema del organismo más desconocido, y del que se aprende más lentamente debido a su complejidad. Por supuesto quedan muchos secretos por descubrir en el sistema nervioso, lo que lo convierte en fascinante ya que todavía se debe seguir explorando para poder entender cómo se producen muchas de las enfermedades que le afectan y así poder llegar a curarlas. Aunque existen áreas del cerebro especializadas en determinadas funciones, estas áreas necesitan de la información de otras áreas distintas para poder ejercer su efecto, lo cuál conlleva a la comunicación continua de miles de millones de neuronas para que podamos hacer todo lo que hacemos cada día.

¿El cuerpo humano es escenario de una guerra constante e invisible?

En efecto, constante y no siempre invisible. Nuestro sistema de defensa nos permite reaccionar ante ataques tan distintos como partículas de carbón alojadas en nuestros pulmones, la espina de una planta que daña nuestra piel, o un virus que afecta la piel de nuestros labios. Nuestros tejidos se dañan continuamente (por ejemplo cuando hacemos ejercicio intenso o cuando sufrimos un golpe) y todo tejido muerto es susceptible de infectarse, por lo que necesitamos un sistema de vigilancia que esté presente en todo nuestro cuerpo, que tenga la capacidad de montar una respuesta muy potente en poco tiempo, y que sepa reconocer cuando ha vencido la amenaza y debe detener la respuesta.

¿Es una obra esperanzadora respecto a la salud en el futuro?

Este libro aparte de recorrer el interior del cuerpo humano, hace un recorrido por la historia de la inmunología y de la neurología, describiendo todos los descubrimientos que fueron cruciales para mejorar el entendimiento de estos sistemas. No es que sea una obra esperanzadora, pero sí refleja que muchos de los principales descubrimientos médicos se han producido en los últimos 150 años, y que la ciencia avanza a pasos agigantados, pudiendo curar enfermedades como el cólera o la peste que acabaron con gran parte de la población mundial hace varios siglos.

¿El sistema nervioso tiene algo de internet biológico?

Por supuesto que sí. El sistema nervioso es el que nos hace percibir toda la información que tenemos alrededor, como cuando navegamos por internet. La cantidad de información que procesa diariamente nuestro cerebro es fascinante, nos hace concentrarnos en realizar las tareas del trabajo, nos hace recordar las cosas que tenemos que hacer, nos ayuda a comunicarnos con nuestros amigos y familiares, analizar los riesgos de hacer una inversión, nos permite aprender idiomas, a tocar un instrumento… Es tal la cantidad de información que procesa nuestro sistema nervioso cada día que podría perfectamente compararse con internet, ya que en el la red encontramos muchísima información y al igual que hace nuestro sistema nervioso seleccionamos aquella que nos es útil para nuestro día a día.

Las neuronas son las reinas del cerebro, pero ¿están solas?

Las neuronas son las células más importantes del cerebro, pero no están solas, conviven estrechamente con las células gliales, a las que necesitan para su supervivencia. Las células gliales se dividen en varios tipos: los astrocitos, son células muy importantes ya que sirven de soporte a las neuronas y además forman parte de la barrera hematoencefálica que protege al cerebro de la agresión de tóxicos o microorganismos que viajen por la sangre. La microglía son células defensivas que residen en el sistema nervioso. Y por último encontramos a los oligodendrocitos, que son fundamentales en la producción de la vaina de mielina que recubre los axones de las neuronas y que favorece la conducción del impulso nervioso aumentando su velocidad de conducción.

¿La inteligencia artificial superará algún día la perfección del cuerpo humano?

Es algo difícil de predecir, ya que la inteligencia artificial es creada por los humanos. Actualmente se están consiguiendo grandes avances en este campo de tal manera que incluso los teléfonos móviles constan de inteligencia artificial que les permite reconocer caras, huellas dactilares e incluso lo que están retratando con la cámara de fotos. Sin embargo, no deja de ser algo artificial que puede estropearse y debe ser reparado por seres humanos. La complejidad del cuerpo humano y su perfección es difícil de alcanzar por la cantidad de procesos que tienen lugar en él. Sin embargo, la inteligencia artificial sí que puede complementar al ser humano para facilitarle la vida.

¿Qué hay de la creencia de que solo usamos el diez por ciento de cerebro?

Se ha demostrado que es una creencia falsa. Utilizamos el 100% del cerebro, solo que no lo utilizamos a la vez puesto que esto sería un gasto de energía innecesario. Utilizamos las áreas del cerebro implicadas en las acciones que desarrollamos en cada momento, y mientras estas funcionan otras áreas están en reposo, de tal manera que usamos todo nuestro cerebro pero no a la vez.

¿Qué nuevo viaje les gustaría emprender como autores?

Cualquier viaje que nos lleve a favorecer la divulgación científica de forma original utilizando las nuevas tecnologías para que sea más didáctico.

¿Hay sitio para el alma en este viaje?

Por supuesto, este libro ha sido escrito con toda la pasión y la ilusión por parte de ambos y en este viaje hemos puesto parte de nuestra alma, porque las cosas sin pasión y sin alma no sirven para nada.

¿Cuál será el próximo descubrimiento que nos deje con la boca abierta?

Esperemos que la curación de enfermedades que ahora mismo no tienen tratamiento, como pasa ahora en muchas enfermedades neurológicas.

¿Veremos algún día un mundo sin enfermedades mortales?

Nos encantaría pensar que sí, pero parece algo bastante utópico, ya que a lo largo de la historia ha habido enfermedades mortales para controlar el crecimiento demográfico de la población mundial. Y aunque a enfermedades como la peste o el cólera que se cobraron miles de vidas hace siglos ahora se tratan fácilmente, siempre aparecen nuevas enfermedades que suponen un reto para la investigación como por ejemplo el cáncer, y probablemente cuando se curen todos los tipos de cáncer aparecerán otras enfermedades a las que nos tendremos que enfrentar.

¿Cuando los implantes biónicos sean algo habitual asistiremos a una mutación de la Humanidad?

Esto nos recuerda un poco al libro de “Origen”, de Dan Brown. Probablemente, la fusión entre la humanidad y la tecnología sea algo que a largo plazo se produzca. Sería magnífico poder hacer que las personas con daños en la médula espinal pudieran volver a caminar o que las personas ciegas pudieran volver a ver mediante el uso de implantes biónicos. En el caso de que esto se produzca sí que estaremos asistiendo a la evolución de la especie humana, capaz de solucionar enfermedades mediante el uso de la tecnología.