Brasil dio su último adiós al español Pere Casaldáliga en el corazón de la Amazonía, donde el llamado "obispo de los pobres" fue "sembrado" el miércoles a los pies de un árbol en un cementerio indígena, entre cánticos y palmas de esperanza de aquellos que defendió hasta la muerte. "Entiérrenme en el río, cerca de una garza blanca, el resto ya será mío". Así rezaba uno de los versos escritos por el religioso, uno de los máximos exponentes de la Teología de Liberación y figura clave en Latinoamérica en el ámbito de los derechos humanos, y así se hizo.