Los colegios permanecerán abiertos hasta que, en caso de brote de coronavirus, empiece a producirse una transmisión descontrolada. Este es el acuerdo al que llegaron ayer el Gobierno y las comunidades autónomas, que rebajaron el listón de exigencias sanitarias a fin para mantener los centros educativos operativos el mayor tiempo posible. El objetivo de todas las administraciones es mantener la enseñanza presencial hasta donde el riesgo sanitario lo permita. Todas las administraciones, con la excepción del País Vasco, que se abstuvo, acordaron que se considere brote de coronavirus cuando se produzcan tres contagios o más en un colegio, en lugar de dos casos como estaba previsto inicialmente. El cierre de las instalaciones solo se efectuará cuando haya "una transmisión no controlada". La ministra de Educación, Isabel Celaá, subrayó ayer que, aunque no existe el riesgo cero, los alumnos se encontrarán un entorno "seguro" y remarcó la obligatoriedad que tienen los padres de escolarizar a sus hijos entre los 6 y los 16 años.

Así se establece en el documento técnico titulado "Guía de actuación ante la aparición de casos de Covid-19 en centros educativos", acordado ayer en la conferencia sectorial presidida por los ministros de Sanidad, Educación y Política Territorial.

Durante este encuentro se reconoció que los escenarios de aparición de los casos de coronavirus en los centros "pueden ser muy variables", así que el Ejecutivo y las comunidades han establecido cuatro posibles escenarios en caso de que aparezcan alumnos enfermos de coronavirus en el curso escolar que comienza el próximo 10 de septiembre. Estos son esos cuatro escenarios.

Escenario uno. Aparición de un brote en un aula. Es decir, la constatación de tres o más casos en un único grupo de convivencia estable o clase. En ese caso se tomarán las siguientes medidas: aislamiento domiciliario de los casos; identificación y cuarentena de los contactos del grupo de convivencia ("grupos burbuja") o los contactos estrechos de la clase y, si los casos pertenecen a un grupo de convivencia, suspensión de la actividad docente hasta transcurridos 14 días desde el inicio de la cuarentena de los contactos. En caso de que los niños enfermos pertenezcan a una clase que no está organizada como grupo de convivencia, se mantendrá la actividad docente para los alumnos que no hayan tenido contactos estrechos. En este escenario, la actividad docente continúa de forma normal extremando las medidas de prevención e higiene en todas las etapas, con excepción del grupo afectado.

Escenario dos. Se refiere a las medidas a tomar en caso de que se produzcan brotes en varias aulas sin vínculo epidemiológico. Es decir, tres o más casos en grupo de convivencia estable o clases sin vínculo epidemiológico entre ellas. En esta situación se procederá al aislamiento domiciliario de los casos, a la identificación y cuarentena de los contactos de cada "grupo burbuja" o los contactos estrechos de cada clase.

En caso de que los enfermos detectados pertenezcan a un "grupo burbuja", se procederá a la suspensión de la actividad docente hasta transcurridos 14 días desde el inicio de la cuarentena. Si los casos pertenecen a una clase que no está organizada como grupo de convivencia, se mantendrá la actividad docente para los alumnos no clasificados como contactos estrechos en cada una de las clases. Como en el escenario uno, la actividad docente continúa de forma normal extremando las medidas de prevención e higiene en todas las etapas educativas, con excepción de los grupos afectados.

Tercer escenario. Sería el que habría que abordar cuando se produzcan brotes en varias aulas con vínculo epidemiológico entre ellas. En ese caso se procederá a la detección de casos en varios grupos de convivencia o clases con un cierto grado de transmisión entre distintos grupos, independientemente de la forma de introducción del virus en el centro escolar. Las medidas serán, como en los dos escenarios anteriores, aislamiento domiciliario de los casos y la identificación y cuarentena de los contactos. Si se demuestra la existencia de un vínculo epidemiológico y no se han podido mantener las medidas de prevención e higiene se valorará la adopción de medidas adicionales como la extensión de la cuarentena y suspensión de la actividad docente de otros grupos hasta transcurridos 14 días desde el inicio de la cuarentena. La actuación puede conllevar cierre de etapas completas. También en es te caso la actividad docente continúa de forma normal con excepción de los grupos afectados.

Escenario cuatro. Es el que puede abocar al cierre del centro: una transmisión descontrolada. En ese caso, los servicios de Salud Pública de las comunidades realizarán una evaluación de riesgo para considerar la necesidad de escalar las medidas, valorando en última instancia el cierre temporal del centro. Inicialmente, el cierre sería durante 14 días, aunque la duración de este periodo podría variar. La reapertura del centro educativo se realizará cuando la situación esté controlada.

La ministra de Educación, Isabel Celaá, insistió en que a los alumnos se les deberá tomar la temperatura tanto en el ámbito familiar como en el escolar y destacó que la responsabilidad de los padres en cuanto a llevar a sus hijos sin fiebre se podrá fijar a través de una "declaración responsable" o bien de una "información fehaciente", que se hará llegar a los centros.

En cuanto a las medidas a aplicar ante un posible absentismo de los alumnos porque sus padres no les lleven a clase por miedo al contagio, Celaá indicó que Educación ha encargado un informe jurídico sobre el tema que será puesto a disposición de las comunidades autónomas en una próxima reunión. Pero ha adelantado que su departamento no va a llevar a cabo "medidas coercitivas".

"Hay que ir a clase, es obligación asistir a clase, examinarse y seguir el ciclo formativo", insistió la ministra de Educación tras su encuentro con los responsables educativos autonómicos, que ha recalcado: "Estamos trabajando por un entorno seguro, muy controlado. No existe el riesgo cero en ningún ámbito social, pero la escuela en este momento, como se está preparando, es más segura que otros entornos". "Los beneficios de la educación son muy superiores al riesgo en un aula", ha añadido.

Por su lado, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha dicho no concebir que unos padres lleven a sus hijos a clase a sabiendas de que no están en las condiciones sanitarias para ello, "poniendo en riesgo la salud de su hijo y del resto" de la comunidad educativa. "No concibo que esto ocurra, seamos un poco todos serios", ha argumentado Illa, porque, si no, "esto no tiene solución". "Si hay que sancionar esto...", ha añadido.

Preguntada la ministra de Educación por las inversiones para aumentar el número de profesores y poder bajar así las ratios por alumno, apuntó que se trata de un tema competencial y que las comunidades van a recibir financiación del "fondo covid" para ello. En esa posible contratación de más personal educativo se encontraría la figura de la "enfermera escolar", que Celaá ha valorado como "una idea estupenda".