Hugo Fontela (Grado, 1986) se ha sumergido en un río. Un río esmeralda. La exposición que acaba de inaugurar en la galería "Marlborough" de Madrid (abierta hasta el 22 de noviembre) es un salto de lo sólido a la líquido. Del azul de los densos islotes solitarios que protagonizaban "Norte", la serie anterior, a la verde fluidez de estas nuevas pinturas, algunas creadas tras el confinamiento y otras desde finales de 2019. En total, doce obras, casi todas de gran formato, con las que uno de los jóvenes artistas de referencia de Asturias abre un nuevo territorio para su pintura, que siempre ha tenido al paisaje como punto de partida y la abstracción del expresionismo abstracto norteamericano como horizonte que a veces traspasa.

Del oleaje del mar al leve acontecer del río; cuadros que esta vez tienen como materia el óleo, al que ha regresado después de pintar con acrílico. El óleo le aportaba el tiempo necesario para el "margen de reflexión" que necesitaba en el desarrollo de cada obra. Cuenta Guillermo Solana, director artístico del Museo Nacional Thyssen-Bornemisa, que uno de los puntos de partida de esta serie han sido fotografías de un río de Asturias, sobre las que Fontela ha trabajado obsesivamente, imágenes a las que "regresa una y otra vez, profundizando, haciendo variaciones". A partir de ahí, Fontela abre grandes espacios vacíos, desbroza paisajes espirituales por los que la mirada fluye.

El artista moscón explica cuál es el salto que da con esta serie. Abandona el "motivo evidente" en torno al cual el cuadro gira. "Pervive, sin saber por qué, el elemento acuático, que se convierte otra vez en un gran escenario para mi pintura, pero en estas obras verdes, el elemento vegetal o la roca, que han sido protagonistas antaño, desaparecen."

Explica Fontela que camina, de la mano del óleo -aplicándolo a veces con los dedos-, por un territorio sin asideros temáticos. Su objetivo es "ahondar en la pintura hasta llegar a su razón de ser más íntima y pura, despojándola de cualquier elemento innecesario para hablar de la pintura a través de la pintura misma". El artista subraya que esta serie también es "norteña y húmeda", está invadida por la gestualidad, por el verde y "plagada de referencias a autores de cabecera para mí como Guston, Cy Twombly o Campano". También Monet y sus nenúfares afloran, como un eco, en este río pictórico que ahora presenta Fontela. Son cuadros, indica, que caminan, "de puntillas sin pretenderlo entre la estrecha línea de la figuración y la abstracción".

En algunas de esas obras, el cielo reflejado y la superficie del agua, son uno. "Entonces descubrimos que todo se ha invertido, que todo está trastocado, el arriba y el abajo, el aire se convierte en líquido, el cielo que veíamos era solamente un reflejo en el agua, la nube parece sumergida bajo la ondulación verde", escribe Solana en el catálogo de la exposición.