El diseñador e ilustrador gijonés Abraham Menéndez no disculpa ni uno de los defectos del cineasta Alfred Hitchcock, del que dice que era un tipo cínico, con un sentido del humor difícil de entender, misógino y machista, y un acosador en toda regla, pero no tiene más remedio que admitir que “un personaje tan políticamente incorrecto me da vidilla”. Durante dos años ha estado entregado al cineasta, se ha visto todas sus películas, capítulos y capítulos de aquella interminable serie que hizo para la televisión, se ha documentado a fondo y ha descubierto infinidad de episodios, a menudo escabrosos, de su vida personal y cinematográfica. Y de todo ello da fe su primer libro, “Alfred Hitchcock. El enemigo de las rubias”, editado por Lunwerg y que llega a las librerías el 10 de febrero.

Grace Kelly. | Abe the Ape

Abraham Menéndez (Gijón, 1977), quizás más conocido por su marca, Abe the Ape, y por sus colaboraciones con grandes marcas como Chanel, Shiseido, Beefeater, Perrier y revistas como “Elle”, “Hola” o “AD”, debuta en el mundo editorial con Hitchcock y sus actrices. Para el diseñador, el director de cine es un personaje “raro y sórdido”, impensable en los tiempos contemporáneos del “Me Too”. Sus intérpretes femeninas representan la quintaesencia de la sofisticación de los años 50, algunas con un lado oscuro que las hace más interesantes.

La portada del libro | Abe the Ape

La portada del libro | Abe the Ape

Abraham Menéndez es autor de las ilustraciones y de los textos del libro y en sus páginas recoge algunas de esas anécdotas y curiosidades que tanto le gustan, como cuando Grace Kelly, según se cuenta, le ofreció enseñarle los pechos a Hitchcock con tal de que dejara de acosarla, o las vicisitudes de Tallulah Bankhead, que un día se acostaba con Marlon Brando y al otro con Hattie McDaniel, la Mammie de “Lo que el viento se llevó”.

“Alfred Hitchcok. El enemigo de las rubias” empezó a gestarse con un encuentro casual, en la presentación de un libro de la ilustradora Coco Dávez, amiga de Menéndez, que lo dio a conocer a su editor. Él ya sabía del trabajo del asturiano como ilustrador, sus dibujos elegantes, su colorido y su toque de humor; también estaba al tanto de su desparpajo y su gracia escribiendo, porque había leído sus textos en Instagram, red en la que tiene más de 58.000 seguidores. Cuando le planteó la idea de hacer algo, Abraham Menéndez le propuso una publicación sobre “sus divas”, modelos, actrices y musas que le fascinan por su clase y por su libertad de espíritu. La editorial contraatacó con un proyecto sobre Hitchcock, y ahí se encontraron: Abraham Menéndez admiraba el trabajo del cineasta y de paso podía retratar y hablar de las actrices a las que martirizaba.

Janet Leigh y Anthony Perkins en “Psicosis”. | Abe the Ape

Janet Leigh y Anthony Perkins en “Psicosis”. | Abe the Ape

“Hitchcock tenía relaciones extrañas con sus actrices y con su mujer”, descubrió el diseñador gijonés mientras preparaba el libro. Se enamoraba perdidamente de todas las protagonistas de sus películas, sin éxito ninguno, y las mantenía bajo control, hasta el límite de la obsesión, dentro y fuera de los platós. Y al mismo tiempo sentía un profundo respeto por su esposa, Alma Reville, que fue la guionista de muchas de sus películas, aunque no apareciera en los créditos. Abraham Menéndez relata que al recoger uno de los muchos premios que recibió en su carrera se lo agradeció “a tres mujeres, que son la misma: mi esposa, una excelente cocinera y madre y una gran guionista”.

Reville sabía de las andanzas y las intentonas de su marido, y le dejaba hacer. Cuando Tippi Hedren acudió a ella en busca de ayuda, durante el rodaje de “Los pájaros”, hizo oídos sordos y se desentendió.

“Alfred Hitchcock era muy sádico, muy cínico, llegaba a ser muy cruel, y se volvía muy loco con las actrices; pero siempre me ha caído bien, era brillante y divertido”, se resigna Abraham Menéndez.

El ilustrador asturiano Abraham Menéndez. | ABE THE APE