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Jaime Herrero, una obra que no acaba

“Últimos refugios”, desde ayer en Oviedo, es la primera exposición póstuma del pintor, y la familia aventura que no será la última

La Universidad de Oviedo inaugura los "Últimos refugios" del pintor Jaime Herrero

La Universidad de Oviedo inaugura los "Últimos refugios" del pintor Jaime Herrero VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Irma Collín

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La Universidad de Oviedo inaugura los "Últimos refugios" del pintor Jaime Herrero Elena Fernández-Pello

Queda aún mucho por ver del pintor Jaime Herrero. Para empezar las 23 obras que se exponen desde ayer y hasta el 11 de julio en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo, “Últimos refugios”. Es su última serie pictórica y todo apunta a que habrá más, porque en su casa ha quedado trabajo inédito y porque su familia quiere honrar su memoria y resguardarla del olvido. Carlos Herrero, hermano del artista, viajó ayer a Oviedo, desde Madrid, con su esposa, Marián Fernández-Bustillo, para inaugurar la que es la primera exposición póstuma del artista, y en ese acto donde adelantó que “pronto habrá más”.

La muerte de Jaime Herrero, acaecida en agosto de 2020, ha impedido que el artista viera en Oviedo la exposición que había empezado a preparar con el comisario Luis Feás hace un par de años. Las obras ya habían sido exhibidas en Madrid y en varias ciudades castellanas. Ayer, Carlos Herrero las presentó como “un homenaje póstumo de Jaime a la que fue su musa, Oviedo”.

“Jaime era muy de Oviedo. Cuando yo venía, quedábamos en la esquina de la calle Magdalena y nos íbamos por la ciudad a tomar una cervecita o un caldo en invierno. Era un buen chaval”, lo recordaba cariñosamente su hermano.

“Entrada de Cristo en Gotham”

Ayer, minutos antes de la apertura de la sala, comentó que él y su esposa no dan “abasto con la obra que Jaime tiene en su casa: hay un montón de cuadros, unos contra la pared, y en el altillo, cuadros antiguos”. “Para saber lo que hay necesitamos a mis hijos y ayuda externa”, reconoció.

Para Carlos Herrero la tarde estuvo plagada de recuerdos. Contó que Jaime mantenía un cálido vínculo con sus sobrinos. A su muerte, como muestra de cariño, la nieta de su hermano le dibujó una hoja con imágenes de cuentos como “El enanito azul”, que él solía contarle, y la dejó sobre su féretro. Cuando enviudó de Coté, María José Martínez Navia-Osorio, a su hermano le parece que Jaime Herrero “perdió las ganas de pintar”.

“Refugio en el bosque”.

Luis Feás reparó en que Jaime Herrero era “tan querido en Oviedo, un personaje de la ciudad, que a veces la gente no se daba cuenta de que era un gran pintor”. En ese sentido, la exposición antológica que se organizó en la capital del Principado en 2006 fue “una revelación” y para muchos “sigue siendo un artista desconocido”. “Últimos refugios” es, según Feás, “el canto de cisne” del artista.

El Rector, Ignacio Villaverde, dijo de la exposición que “Refugio” es “un grito de resistencia desesperada ante la injusticia del destino, esa vida que a veces se nos pone de cara”. También intervino en el acto Carmen Adams, profesora de Historia del Arte y vicerrectora de Extensión Universitaria, que citando al propio Jaime Herrero y después de referir las contradicciones y las influencias que confluyen en su obra, concluyó que “la pintura es suficiente”.

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