La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El sueño pintado del conde de Villagonzalo

El Bellas Artes expone parte del depósito de 34 obras hecho por María Luisa Corrada en homenaje a su marido, que pensaba que el arte ha de estar “donde todos lo disfruten”

María Luisa Corrada, tercera por la izquierda, flanqueada por su hermano y su cuñada, Tomás Corrada y Consuelo Menéndez, junto a sus sobrinos Jorge, Juan y José, todos ayer en el Bellas Artes. | |

Juan Andrés Maldonado y Chávarri, IX conde de Villagonzalo y VIII Marqués de la Scala, pensaba que el arte no tenía que colgar de los salones privados, que debía estar en los museos “donde lo pudiera disfrutar todo el mundo”. Así lo expresó ayer su viuda María Luisa Corrada, asturiana de Santoveña (Amieva), durante la presentación de la exposición “Gusto y tradición”, compuesta por 23 de las 34 obras que Corrada ha depositado por tiempo indefinido en la pinacoteca regional, un conjunto soberbio de obras que, como indicó el director del Museo, Alfonso Palacio, “suponen un salto cualitativo que proyecta la colección a otro nivel” con nuevos autores internacionales que no estaban representados hasta la fecha en las salas del Bellas Artes.

Entre las obras expuestas, todas en un magnífico estado de conservación, destaca la aguada de Goya “Maja y Celestina en un paisaje de atardecer”, una pieza de 22 x15,6 centímetros pintada por el maestro aragonés al final de sus días, en 1825. La exposición podrá visitarse en las salas y en el patio de la planta baja del Palacio de Velarde hasta el próximo 26 de septiembre. Tal y como resumió Gabino Busto, conservador del museo y comisario de esta muestra, el depósito de la colección del conde de Villagonzalo y su viuda “es un abanico extraordinario de las escuelas de pintura europeas, de técnicas y lenguajes, del Renacimiento al Barroco”. La pintura del siglo XVIII, y en especial el estilo rococó, tiene una presencia sobresaliente entre todas las obras expuestas en el Bellas Artes, 19 pinturas y 4 dibujos en total.

“Verónica de la Virgen”, de un seguidor de Juan de Juanes (hacia 1505).

“Verónica de la Virgen”, de un seguidor de Juan de Juanes (hacia 1505).

Corrada asistió a la presentación de la exposición acompañada de su hermano, su cuñada y sus sobrinos. La viuda del conde de Villagonzalo dirigió unas breves palabras para subrayar que el depósito es un “homenaje” a su marido “y a sus antepasados”. “Mi marido –añadió– conservó todo lo que le fue legado, no vendió ni un cuadro de sus antepasados y los conservó siempre. Yo pienso como él pensaba cuando visitábamos exposiciones: que todos los cuadros tendrían que estar en un museo donde los pudiera ver todo el mundo”. Corrada expresó también su agradecimiento a Manuela Mena, jefa de conservación de Pintura del siglo XVIII del Museo del Prado, que fue quien la orientó a la hora de hacer el depósito en el Bellas Artes de Asturias. También expresó su agradecimiento al director de la pinacoteca regional, Alfonso Palacio, por las atenciones recibidas.

“Músico con flauta travesera”, anónimo francés (hacia 1740).

“Músico con flauta travesera”, anónimo francés (hacia 1740).

Junto a María Luisa Corrada, Alfonso Palacio y Gabino Busto, participaron en la presentación del depósito, el concejal ovetense de Cultura, José Luis Costillas –también vicepresidente del patronato del museo– y el director general de Cultura, Pablo León, quien hizo el elogio más rotundo de todos los presentes al calificar la generosa aportación de la viuda del conde como de “regalo caído del cielo”. León se felicitó por la buena racha del Museo pues también aludió al reciente anuncio de los 5,9 millones del Gobierno central, con cargo al plan de promoción de la ruta Jacobea, para culminar la ampliación de un equipamiento que ve “como uno de los centros de la vida cultural de Asturias”.

María Antonia Fernanda de Borbón, infanta de España”, de Louis-Michel van Loo (hacia 1737).

María Antonia Fernanda de Borbón, infanta de España”, de Louis-Michel van Loo (hacia 1737).

Las obras expuestas desde ayer en el Museo de Bellas Artes, y que en septiembre se incorporarán a la colección permanente, son aproximadamente una tercera parte de la colección de los Villagonzalo, el resto está en poder de otras partes de la familia. La colección tuvo su origen en 1860, cuando Mariano Miguel Maldonado y Dávalos, el VII conde de Villagonzalo, recibió algunos lotes de su padrastro. El conjunto artístico fue enriqueciéndose con los siguientes condes, hasta llegar a exponerse en la pinacoteca asturiana gracias a la generosidad de María Luisa Corrada.

Los estilos y las temáticas son muy variados entre las obras expuestas, desde cuadros de temática religiosa a las mitológicas-alegóricas, pintura de batallas, paisaje, bodegón de caza, retrato, escenas costumbristas...

Gabino Busto, a la izquierda, durante la visita guiada que ofreció ayer en la presentación de la exposición de la colección Villagonzalo-Corrada. | Irma Collín

La obra que abre el recorrido expositivo es un cuadro pintado un seguidor de Juan de Juanes, uno de los grandes del renacimiento español. Representa la Verónica de la Virgen. El siguiente grupo de pinturas de la exposición son tres sobresalientes pinturas barrocas de las escuelas italiana, flamenca y francesa a través de los artistas Massimo Stanzione, Peter Snayer y Pirre de Mignard.

El dibujo de Goya “Maja y Celestina en un paisaje de atardecer”.

El dibujo de Goya “Maja y Celestina en un paisaje de atardecer”.

Entre el XVII y el XVIII, se expone una pintura de Angelo Maria Crivelli, artista especializado en pintura de animales y bodegones. El núcleo de la exposición es la pintura del siglo XVIII, con autores como los franceses Louis de Silvestre y Louis Michel van Loo, que trabajó para el rey Felipe V en España, el italiano Giovanni Battista Pittoni y Johann Georg Platzer. El comisario de la muestra, Gabino Busto, destaca que “una de las obras más sugestivas de la colección” es la obra “Las cuatro estaciones”, de Mariano Salvador Maella. Se trata de una serie montada sobre un pequeño biombo. Son “los cuatro bocetos que dieron lugar al ciclo homónimo actualmente conservado en el Museo del Prado”. Este trabajo, como apunta Busto, fue un encargo que hizo a Maella el rey Carlos IV. Pero la estrella de la muestra es, sin duda, el dibujo “Maja y Celestina en un paisaje de atardecer”, realizado por Francisco de Goya hacia 1825. Es “una asombrosa y madura creación del artista aragonés con la que se enriquece su presencia en el museo asturiano donde ya se conservan dos sobresalientes retratos, así como un conjunto significativo de obra gráfica”. “Cuando lo ves, ves que está hecho por una mano prodigiosa”, añadió ayer Busto.

Compartir el artículo

stats