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Asturias exporta talentos

Rodríguez-Norton: “Jóvenes artistas, creed en vosotros y daos también la oportunidad de equivocaros”

“Dentro de Asturias no se pone en valor lo suficiente lo que tenemos, se debería dar más apoyo para continuar con la pujanza que merece” | “Me gustaría que a los trabajadores que estamos siempre en ruta la sanidad no nos tratase como ‘desplazados’”

Jorge Rodríguez-Norton, delante del Festspiel House en Bayreuth.

Jorge Rodríguez-Norton (Valencia, Asturias, el mundo...). El tenor avilesino Jorge Rodríguez-Norton tiene difícil fijar un lugar de residencia habitual: “Mi base la tengo entre Valencia y Asturias, pero este año he pasado más tiempo en Madrid y Alemania. Ahora estoy en Barcelona”. Dos hitos resonantes: tercer español en actuar en Bayreuth, tras Victoria de los Ángeles y Plácido Domingo, y protagonista de “Tres sombreros de copa” en el teatro de la Zarzuela de Madrid. 

Jorge Rodríguez-Norton.

Jorge Rodríguez-Norton.

–Avilesino de nacimiento, orgulloso de mostrar su acento y su bandera allá por donde va, y casi siempre con el maletero cargado de productos de calidad de la tierrina para hacer una buena fabada.

Se alza el telón. Desde que el tenor Jorge Rodríguez-Norton partió de Asturias en el año 2003 para realizar sus estudios fuera del Principado ha vivido “muchas experiencias y han pasado muchos kilómetros, tanto por las suelas de mis zapatos como por lo intrínseco de mi ser. Nunca es fácil partir solo hacia lo desconocido, pero ciertas personas sentimos ese impulso irracional que nos lleva a hacerlo sin muchos miramientos. Verdad es que, con el paso de los años, tienes cierto sentimiento de ‘culpa’ por dejar un poco atrás el arraigo familiar y, en general, tu entorno más cercano. He conocido compañeros que no han podido resistirlo y que han preferido recuperar una vida más ordenada, sin tener que estar de una ciudad para otra y fuera de su hogar durante meses”.

Desde bien pequeño fue una persona muy independiente: “Cuando con 10 años me propusieron ingresar en la Escolanía de Covadonga, donde podía estudiar música, un instrumento (piano, en mi caso) y cantar todos los días (lo que implicaba estar interno la mayor parte del año), no lo dudé ni un instante. Aún recuerdo los días de la novena con olor a incienso, en los que debía cantar los salmos como solista ante miles de personas que se agolpaban en el interior de la basílica y en la gran explanada exterior”.

Esa experiencia de vivir fuera de su entorno “me ha servido de mucho y ha forjado mi carácter, pues a lo largo de mi carrera ha habido temporadas en las que he podido estar en mi casa tan solo unos cuantos días. Y eso, quieras que no, tiene un precio. No todo es de color de rosa, ni tan idílico como pueda verse hoy día a través de las redes, como si estuviésemos subidos en un arcoíris perpetuo. Este año, y a pesar de la situación actual, está siendo una de esas temporadas fuertes. Empecé a finales de agosto de 2020 en el teatro Real de Madrid, pasando por el Campoamor de Oviedo, Les Arts de Valencia, Liceo de Barcelona, teatro de la Zarzuela de Madrid, Festival Wagner de Bayreuth y hasta octubre no tendré una pausa de quince días para poner todo en orden y recomenzar con la siguiente temporada de nuevo en el Palau de Les Arts. Esto, que para algunos sería una locura, para mí es una bendición. Tienes la sensación de ver el mundo desde fuera y te da mucha perspectiva. Por supuesto, se echa de menos la tierrina. Y, sobre todo, la comida. ¡Lo que hubiera dado por que me trajesen a Alemania un buen pote de berzas y poder meter algún ‘ye’ o algún ‘calla, ho’ , ‘toi farto’, ‘ta pruando’... porque la tierrina tiene algo que atrae, y que hace que quieras volver”.

Sus colegas de profesión siempre desean volver a Asturias: “Es un referente cultural y lírico, con su gran Temporada de Ópera, su Festival de Teatro Lírico Español, su auditorio Príncipe Felipe (una de las pocas salas donde no he actuado nunca, has visto qué sutil soy ofreciéndome) y dos orquestas sinfónicas. Estoy refiriéndome en todo momento a lo musical, que es lo que me atañe, pero está claro que culturalmente hay mucho más”.

Visto desde fuera, piensa que “los de dentro no ponemos suficientemente en valor lo que tenemos y creo que se debería dar más apoyo para que esto continúe con el nivel y la pujanza que se merece. No queriendo ser pesado, ruego más apoyo. Hemos perdido en los últimos años muchas cosas y va a costar recuperarlas. Pero no hay que perder la esperanza. Vosotros, los jóvenes artistas, los que soñáis y queréis salir al mundo, no lo dudéis ni un instante. En ocasiones os dirán que no podréis, que es muy complicado y bla-bla-bla, y ¡por supuesto que lo es! Todo no se puede tener, pero en ocasiones ‘casi todo’ sí que se puede. Nunca os dejéis influenciar por lo que os puedan llegar a decir en ciertos momentos unas u otras partes, generalmente interesadas”.

Un ejemplo personal: “Cierto agente me dijo sin miramiento: ‘Tú nunca vas a cantar en el teatro Real’. ¿Te imaginas el choque de trenes que eso supone en una cabecita que comienza? Si yo llego a creérmelo, o a hundirme, me hubiese quedado en mi casa. Pero acabo de firmar mi tercer contrato allí y estaré al menos las dos próximas temporadas. Creed en vosotros y daos también la oportunidad de equivocaros. Tanto lo bueno como lo malo os harán ser mas fuertes y mejores. Puede parecer que me he tragado al Dalái-Lama, pero así es”.

Un deseo: “Ya que estamos, y aprovechando estos tiempos pandémicos, me gustaría que a los trabajadores que estamos siempre en ruta la sanidad no nos tratase como ‘desplazados’, como si lejos de tu comunidad autónoma estuvieses cometiendo un delito por hacer uso de la sanidad”. Tardó en recibir la llamada de la vacuna anticovid en España: “Me han llamado, finalmente. Por suerte, en Alemania me vacunaron nada más llegar, sin rodeos y sin preguntas, y más importante aún, sin ponerme nomenclatura denigrante alguna”.

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