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Elecciones en la Universidad

Carolina Martínez Moreno e Isabel Viña Olay aspiran al cargo de Defensora Universitaria

La catedrática de Derecho del Trabajo y la ingeniera de Minas pelearán por un puesto que ocupó con anterioridad Paz Andrés

Carolina Martínez e Isabel Viña

Dentro de una semana –el próximo viernes día 22–, el Claustro de la Universidad de Oviedo elegirá a su nueva Defensora Universitaria. Hay dos candidatas: la catedrática de Derecho del Trabajo Carolina Martínez Moreno y la Ingeniera de Minas Isabel Viña Olay. Ambas pelearán por un puesto que ocupó con anterioridad Paz Andrés. Con motivo de las elecciones, LA NUEVA ESPAÑA entrevista a ambas aspirantes.

“Debemos prevenir los conflictos, no solo disponer de cauces para resolverlos”

Carolina Martínez Moreno. | LNE IRMA COLLIN

Carolina Martínez Moreno, catedrática de Derecho del Trabajo, ofrece a la comunidad académica asturiana “empeño, tenacidad, esfuerzo, ecuanimidad, inteligencia y corazón”. La que fuera delegada de Igualdad en el Rectorado de Vicente Gotor y presidenta del organismo consultivo del Ministerio de Trabajo está convencida de que la Universidad de Oviedo debe ser un faro de conocimiento, pero también un ejemplo en “convivencia, diálogo y capacidad para generar el clima adecuado para todos sus integrantes”. 

–¿Por qué quiere ser defensora universitaria?

–Por una parte, porque creo que es una figura con unas funciones que son de enorme trascendencia en una institución como la universidad que aspira a la excelencia, que debe ser una meta o una cota no solo en generación, transmisión y difusión del conocimiento, sino también, y sobre todo, en convivencia, diálogo y capacidad de crear un clima propicio para que todas las personas que integramos esta comunidad desarrollemos nuestra actividad en las mejores condiciones posibles. Por otro lado, me he ocupado desde el comienzo de mi trayectoria, siendo muy joven, de diversas responsabilidades en el ámbito de la gestión, incluso también fuera de la universidad, como presidenta de un organismo consultivo del Ministerio de Trabajo. Por otro lado, la función y el papel que se le atribuye a la Defensoría es congruente con mi propia experiencia profesional, que se ha desenvuelto desde hace casi treinta y siete años en el Derecho del Trabajo. Y, por último, porque soy una persona neutral, imparcial, ecuánime y con autonomía, como lo he sido siempre.

–¿Qué retos cree que tiene por delante la Defensoría Universitaria?

–Muchos, y en este momento de la máxima trascendencia. Ya de por sí, la universidad ha ido haciéndose más compleja y diversa, por la ingente normativa que conforma su marco de ordenación, pero también por su composición heterogénea. Hay que considerar el conflicto como algo natural, pero también hay que salir al paso con prevención y no solo disponiendo de cauces para canalizarlo y, en el mejor de los casos, resolverlo. Un ambiente de trabajo y convivencia conflictivo es tóxico y desemboca en ineficiencia, mala imagen y, lo que es peor, malestar y sufrimiento para las personas. Pero a todo ello se suma el devenir de la propia realidad que en este momento nos ha tocado vivir: revolución tecnológica, crisis económicas, pandemia, guerra y, de nuevo, una situación de crisis sistémica de pronóstico imprevisible.

–¿Cuáles son sus principales propuestas?

–Resulta imprescindible una concepción renovada y fortalecida del papel de la Defensoría Universitaria. Para que seamos capaces de integrar en los cometidos de esta relevante figura y en la gestión ordinaria de los conflictos los mecanismos de prevención y solución pacífica, dialogada y participativa. Me gustaría poder contar de algún modo con el apoyo, el diálogo, la participación y la colaboración de personas de los distintos colectivos. Por mi parte, ofrezco empeño, tenacidad, esfuerzo, ecuanimidad, inteligencia y corazón.

–¿Qué valor tiene este órgano para la comunidad académica asturiana?

–El valor de constituir un medio, sencillo pero ambicioso al mismo tiempo, para hacer real una convivencia en tolerancia, diálogo, cooperación y respeto. Capaz de generar confianza e ilusión entre todos nosotros, pero que pueda ser asimismo ejemplar para la sociedad en la que nos desenvolvemos y a cuyo servicio nos debemos.

“Mi trabajo no se limitará a un despacho: donde haya problemas, ahí estaré yo”

Isabel Viña Olay. | LNE

Isabel Viña Olay, Ingeniera de Minas y profesora del área de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras, promete “cercanía, apoyo y ayuda” a todos los miembros de la comunidad académica. Dice que, de ser elegida, será una Defensora “proactiva”, de no desempeñar únicamente su cargo desde un despacho, sino de “estar presente de forma permanente en la vida universitaria”, sobre el terreno. “Donde esté el problema, ahí estaré yo”, asegura. Viña Olay fue vicerrectora en el equipo rectoral de Juan Vázquez y delegada sindical de CC OO en la Junta de Personal Docente e Investigador en los últimos tres años.

–¿Por qué quiere ser defensora universitaria?

–Creo que es el momento adecuado, porque conozco la Universidad de Oviedo desde todos sus niveles. Fui estudiante de Ingeniería de Minas, profesora en la Escuela Politécnica de Gijón, investigadora dentro del Área de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras, vicerrectora de Campus e Infraestructuras, y delegada sindical por CC OO en la Junta del Personal Docente e Investigador (PDI) funcionario. Durante mi etapa como Vicerrectora tuve a mi cargo asuntos que demandaban una gran capacidad negociadora. Y salieron muy bien. Por su parte, como delegada sindical conocí de primera mano las dificultades y los problemas que tienen los distintos colectivos: PDI funcionario, PDI laboral, Personal de Administración y Servicios (PAS) funcionario y PAS laboral. Y, por último, como profesora cercana a la jubilación, gozo de la perspectiva necesaria para poder juzgar con ecuanimidad cualquier conflicto de los que, lógicamente, pueden surgir en cualquier institución.

–¿Qué retos cree que tiene por delante la Defensoría Universitaria?

–Cuando yo sea Defensora Universitaria, los distintos conflictos o dudas que tenga cualquier miembro de la comunidad universitaria encontrarán en mí la cercanía, el apoyo y la ayuda. Allí dónde vive la universidad, estaré yo. Este es mi verdadero reto, mi compromiso y mi vocación.

–¿Cuáles son sus principales propuestas?

–Como Defensora Universitaria debo cumplir con el encargo de tal responsabilidad, como es velar por el respeto de los derechos y libertades de todos los miembros de la comunidad universitaria. Este encargo no lo haré únicamente desde un despacho, porque me planteo estar presente, de forma permanente, en la vida universitaria. Voy a ser una Defensora proactiva: donde esté el problema, ahí estaré yo. Para poder cumplir mejor con mis obligaciones utilizaré la ventaja que me reporta mi titulación académica. Las ingenieras nos caracterizamos por ser más prácticas y pragmáticas a la hora de resolver problemas.

–¿Qué valor tiene este órgano para la comunidad académica asturiana?

–El que tienen todos los órganos de control de las instituciones, sobre todo públicas. Es decir, son instituciones principales dentro de una sociedad democrática, de manera que, como ya he dicho, estaré comprometida con la gran responsabilidad que estoy dispuesta a asumir, para que la histórica Universidad de Oviedo siga siendo una institución de referencia en el mundo universitario.

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