La de hoy será una mañana de “gran emoción” para Paloma García-Nieto, hija del poeta ovetense José García Nieto y presidenta de la Fundación que lleva el nombre del escritor. Acompañada por Luis García Montero, será ella quien deposite el legado de su padre en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, en Madrid, en un acto que será emitido en directo a través de los canales Directo 1 y YouTube del propio Instituto Cervantes.
Destacado y premiado poeta, articulista, editor y director de revistas además de crítico literario –su contribución al deshielo cultural en los años de la posguerra siempre ha sido reseñada–, García Nieto forma parte de la denominada generación del 36, junto a Leopoldo Panero, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco y Salvador Pérez Valiente, entre otros. García Nieto incluso fue asesor de programas culturales de TVE y presidente del Círculo de Bellas Artes. Pero su gran éxito, sin duda, fue el premio Cervantes que reconoció su amplia trayectoria y le fue concedido en el año 1996. El mayor galardón de las letras en habla hispana, de alguna manera tendrá mañana una segunda parte, con el depósito de una obra y un objeto personal de García Nieto en la Caja de las Letras.
Esa caja, en realidad la antigua cámara acorazada de la sede del Instituto Cervantes en Madrid, que guarda en su área de seguridad más de 60 legados que desde 2007 han ido depositando personalidades de la cultura en español, y que en este caso se abre como homenaje in memoriam a un grande de las letras. “Supone un honor increíble para la familia y para la Fundación que lleva el nombre de mi padre; y será casi como revivir una segunda parte de ese gran premio Cervantes que recibió”, indicaba ayer la hija del homenajeado, fallecido en Madrid en el año 2001.
Sin querer desvelar los secretos del legado que se depositará, Paloma García-Nieto señaló unas horas antes del homenaje que “no ha sido fácil elegir entre tantas cosas como nos gustaría depositar. Hemos optado por una parte significativa de su obra y un objeto personal suyo que formó parte de su vida y que es una representación de lo que es y lo que fue la literatura para mi padre”, ahondó la hija.
José García Nieto –que recién acaba de recibir un homenaje del Ayuntamiento de Oviedo, que ha puesto una placa en recuerdo del escritor en la casa donde nació, en la entonces denominada calle de Portugalete, hoy Melquíades Álvarez– vino al mundo en Oviedo, el 6 de julio de 1914; era hijo de José García Lueso, un periodista natural de Infiesto, y de María Nieto Fernández, natural de Vitoria. Siendo muy niño se fue con su familia a vivir a Covaleda, en Soria, a cuyo Ayuntamiento había sido destinado a su padre, y luego le esperarían otras residencias en Zaragoza, Toledo y Madrid. Pero nunca se olvidó de sus orígenes y siempre tuvo a Oviedo y a Asturias en su corazón. Y así lo dejó escrito en su poema “Asturias en el alma (Regreso). “Oviedo era su cuna y sé que se alegran de este nuevo homenaje”, indicó su hija.
