Las profesoras María Dolores Gutiérrez Álvarez, Pilar Arias Abrodo, María José García Calzón y la catedrática Marta Elena Díaz García se pueden jubilar tranquilas –María Dolores ya lo está de facto– y con la satisfacción de que “han contribuido a la formación de muchas generaciones de químicos, inspirándolos y animándolos a cumplir sus sueños”.
Se lo dijeron así, ayer, sus compañeros del departamento de Química Física y Analítica de la Facultad de Química de la Universidad de Oviedo. Y lo hicieron casi a coro porque en el homenaje de despedida a las cuatro veteranas docentes estaba el departamento al completo. Nadie quería faltar al aplauso merecido para quienes se van de la Universidad tras una entrega de casi 40 años, aportando en unos casos mucha “sensatez y rigurosidad”, en otros “grandes enseñanzas en el laboratorio” y en todos “el cariño y el cuidado que las hacía ser casi unas ‘mamis’ para todos”, como decía la directora del departamento, Rosario Pereiro. “Han sabido ser buenas compañeras en este viaje de la ciencia y la enseñanza, pero también buenas ‘maestras’ en el mejor sentido de la palabra, compartiendo sin reservas experiencia y conocimiento”, les recalcaron.
