Después de dos años de pandemia, ayer por fin la Facultad Padre Ossó pudo celebrar una graduación en condiciones. Como las de antes del covid: con familiares e imposición de becas a los alumnos. El Palacio de Congresos y Exposiciones de Oviedo (el Calatrava) acogió alrededor de 800 personas en la fiesta de despedida de 115 estudiantes de la promoción 2018-2022. Los protagonistas fueron 60 graduados en Maestro en Educación Infantil, 20 en Maestro en Educación Primaria, 22 en Terapia Ocupacional y 13 en Educación Social.
El acto estuvo presidido por el decano de la Facultad, José Antonio Prieto; la directora general de Universidad, Cristina González; el vicepresidente de la Fundación Educativa Padre Ossó, Sergio Martínez; el decano de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación, Celestino Rodríguez; y la vicerrectora de Sostenibilidad, Movilidad y Medio Ambiente, Sandra Velarde. Da la casualidad que en la ceremonia se graduó el hijo de Velarde, Daniel Viejo Velarde, maestro de Primaria, que fue además quien habló ante el público en nombre de los alumnos.
El decano, José Antonio Prieto, tuvo cariñosas palabras para los egresados, a quienes en pleno discurso fotografió con el móvil. “Como terapeutas ocupacionales, maestros y educadores sociales ya disponéis de las herramientas técnicas para ser grandes profesionales pero recordar que las buenas fotografías se hacen desde el corazón”, señaló. A lo que añadió: “Si sois capaces de combinar conocimientos y amor por la gente con la que trabajáis, el éxito estará asegurado”. Prieto animó a los jóvenes a “no pensar que está todo aprendido y a no perder la inquietud”: “Buscad, investigad, sed valientes, innovar pero hacedlo desde la honradez y la humildad”.