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Esto es lo que esperan investigadores asturianos de la futura Agencia de Ciencia: “agilidad” con el papeleo y “sinergias”

La nueva entidad que aglutinará la I+D+i inicia su tramitación en la Junta con el respaldo de científicos y empresarios | La Fiyct avisa: “Será nuestra extinción”

Dos científicas colaboran en la preparación de un estudio. Andrés Gutiérrez

“Sí a la Agencia de Ciencia”. La frase pronunciada por María Victoria Álvarez, directora científica del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado (ISPA), resume el sentir general de los comparecientes ayer en la Junta General del Principado con motivo del inicio de la tramitación de la nueva ley que permitirá crear una entidad para gestionar de forma integral toda la I+D+i de la región. Primero tomaron la palabra representantes de las instituciones científicas y, después, los empresarios. Todos (los diez) coincidieron en señalar que la futura Agencia es “necesaria” y esperan de ella principalmente dos cosas: “agilidad administrativa”, ya que hoy el mayor lastre para los científicos es la burocracia, y “sinergias”. Sinergias entre laboratorios y con las empresas.

Con la comparecencias de ayer, la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación de Asturias (Accia) comienza su recorrido en la Junta. El lunes será el turno de la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad, con Borja Sánchez al frente, quien confía en que la ley sea aprobada antes de que finalice el año. Las intervenciones de este jueves fueron en la buena dirección. Los únicos “peros” fueron el futuro de la Ficyt (Fundación para el Fomento en Asturias de la Investigación Científica Aplicada y la Tecnología), y la “excesiva” representación del Gobierno en el consejo rector, el principal órgano de gestión de la Agencia, con portavoces de cinco consejerías.

El rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, calificó de “necesaria” la nueva entidad que absorberá al Idepa. “Necesitamos –profundizó el máximo responsable académico– un órgano de coordinación y alineación que centralice el conocimiento y los fondos y con ello ganemos en agilidad y flexibilidad”. “La Agencia debe buscar mecanismos para actuar con la rapidez que el ecosistema investigador necesita y lo necesita de forma imperiosa”, apostilló. Villaverde también aspira a que la futura entidad “nos ayude a cooperar”: “Ahora mismo los distintos centros acabamos compitiendo por los fondos”, advirtió.

La delegada del CSIC en Asturias, María Fernández, también puso como deberes a la futura Agencia de Ciencia “la generación de sinergias que faciliten el acceso de empresas al talento científico y que potencien la investigación como motor dinamizador del tejido productivo”. “Creemos que la Agencia es una excelente oportunidad para conseguir la tan ansiada agilidad y avanzar en la flexibilidad”, manifestó. Similares palabras utilizó María Victoria Álvarez, del ISPA: “Asturias debe tener una agencia que aglutine toda la investigación y contribuya a articularnos, a hacer más ágil la tramitación administrativa, a generar sinergias...”. Víctor Manuel Ladero, portavoz de la Sociedad Española para el Avance de la Ciencia apoyó de igual forma el proyecto de Borja Sánchez, porque supone “concentrar en un único organismo la capacidad financiera para la ciencia y la innovación, propone que los resultados investigadores vayan a la sociedad e incluye la posibilidad de crear presupuestos plurianuales”.

María González, delegada de personal de la Ficyt, fue la compareciente más interrogada por los grupos parlamentarios, a los que reclamó que presentasen una enmienda a la ley con el fin de que los 15 trabajadores de la fundación sean incluidos en la Agencia de Ciencia. De no ser incorporados, alertó, “podríamos quedarnos sin contenido y supondría nuestra extinción”. González destacó que “el 80% de nuestros ingresos provienen del plan de ciencia”, que pasará a depender del nuevo órgano. “Todos los trabajadores de la Ficyt estamos a favor de la Agencia, consideramos que es clave tener una ventanilla única para la I+D+i; solo pedimos ser integrados”, puntualizó.

Menguar el consejo rector

Del lado de los empresarios, el vicepresidente primero de la Cámara de Comercio de Oviedo, José Manuel Ferreira, defendió que “la ciencia y la innovación deben tener una posición prioritaria y no estar perdidas, y a veces olvidadas, en organismos administrativos”. En su opinión, la Agencia de Ciencia es una buena apuesta. Ferreira animó a “vencer la resistencia al cambio”, insistiendo que “no se puede seguir haciendo lo mismo porque entonces tendríamos los mismos resultados”. Puso, no obstante, una objeción: el “excesivo número” de integrantes del Gobierno en el consejo rector. “Nosotros tenemos uno y nos parece suficiente”, apuntó.

También incidió sobre esto mismo Ana María Pérez Otero, de Innova Asturias, y Jesús Daniel Santos, del Club de Calidad, que pidieron estar presentes en la órgano. Por su parte, Roberto Suárez Sánchez, director del centro New Frontier de ArcelorMittal, puso como ejemplo la transformación que la multinacional emprendió en sus once centros de I+D+i: “Los once trabajan como uno solo, se trata de aunar fuerzas y eso es lo que tiene que hacer la Agencia”. David González, director de negocio de Idonial, lanzó un vaticinio: “Vamos a estar muy agradecidos de la creación de la Agencia; todos seremos más eficientes”.

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