Una reina de 50 años y 50 asturianos de su misma edad

Emilio Cañedo es ovetense, pero entrena al Real Avilés. Asegura que en el momento presente, el país tiene "más comodidades, pero menos valores que hace cincuenta años: acceder al trabajo es más complicado. La familia está más desestructurada". Respecto de la sanidad lamenta que "en el futuro" se vaya "tener que acudir a la privada". "El acceso a la vivienda de los jóvenes, como el trabajo, es difícil. Y la Educación es universal, pero no sé si mejor. Y, además, la música de ahora tiene menos creatividad que la de cuando yo nací, en este sentido, es peor". Así que si fuera rey lo que procuraría "sería influir para que todos factores mejorasen: no sé bien hasta qué punto se puede hacer".

Rafael Castro es médico y opina que el país está mejor que en la Transición: "Eso es evidente". "Económicamente, estamos equiparados al resto de la Unión Europea, aunque nos queda bastante que recorrer para llegar a a la mejor posición. A nivel social, por ejemplo, encuentro que el margen de mejora es más alto. Por ejemplo, la edad de emancipación de los jóvenes es muy alta y esto es así porque los salarios no son acordes al momento en que vivimos. Y así no hay manera de iniciar un proyecto vital independiente. Si fuera rey, abdicaría o, al menos, impulsaría un referéndum para que los ciudadanos eligieran por sí mismos la forma del Estado que quieran. Los de mi generación no pudimos".

Marisol Secades es comerciante. Tiene una zapatería en Avilés. Cuando se para a analizar la situación del país en este momento sólo puede suspirar: "La crisis, la pandemia, las facturas… todo esto pone en peligro cuestiones de primera necesidad: eso está claro. La situación en que nos quedamos va en detrimento del consumo". Para Secades, la situación en que se encuentra el país no tiene visos de mejorar. Para la comerciante avilesina la economía del país "no va a levantar cabeza hasta finales del año próximo. O el que viene". Cuando se le pregunta qué haría si fuera reina, la comerciante insiste en su discurso: "Animaría a los que gobiernan a arreglar todo esto que está mal".

Juanma Castañón ahora trabaja en la industria del montaje. Es de Pola de Lena, pero estuvo al frente del Real Avilés hace unas temporadas. Había estado antes al frente del Real Tapia. Cree que el país está "muy mal y el futuro que se avecina no parece mejor". Cuando concreta asegura: "Lo que me preocupa mucho es la subida de los precios y también la gestión de los impagos de los alquileres" y esto es así porque, según su criterio, "da la sensación de que los okupas tienen el campo libre". Asegura que si fuera rey "igualaría las diferencias sociales y cortaría de raíz cualquier tipo de corrupción". Eso y apoyar "a los ciudadanos medios en su lucha contra aquellos que practican los impagos".

Carlos Alba es actor y escritor. Es el creador del popular personaje "Cellero". Explica que, a su juicio, el país "necesita mejorar". Y hace hincapié en esta idea: "Lo que quiero decir es que no estamos tan mal como parece". Destaca, en todo caso, que los problemas mayores que encuentra están son "el paro y la desigualdad". Alba tiene claro que si fuera rey "abdicaría para poder montar una república". "Si hay que seguir moviéndose en los terrenos de la utopía lo que haría es tratar de influir para que el paro y la desigualdad quedaran para la historia". Y añade a esta idea: "Y reclamaría una jornada laboral de menos horas y, de paso, la salida de la OTAN. Por soñar".

Carlos Arias Cancio es diseñador gráfico y aunque nació en Suiza es gijonés y reside en La Calzada, corazón de la zona Oeste de la ciudad. Vivió siendo un niño la Transición, con los cual sus recuerdos de infancia y de los primeros años de la democracia coinciden. "Recuerdo que había una ilusión y una fuerza por avanzar en aquellos años. Creo que ahora nos hemos estancados, falta un horizonte", cuenta "Luego vino la corrupción y la crisis fue el punto y final. Se perdió la inocencia de esos años", relata. Si él fuera Rey, dejaría paso a un sistema más democrático. "Creo que es una pregunta que se debería hacer. En cualquier caso, también mejoraría la transparencia de la Casa Real", finaliza.

Natalia Iglesias Fernández es de Gijón, pero vive a medio camino entre la ciudad a la vera del Cantábrico y Coaña, donde trabaja como médica de familia. Cuenta que hace unos años realizó un viaje por Portugal y que apreció que había más cargadores para vehículos eléctricos que en España. "En avances tecnológicos y en usos de tecnologías renovables vamos atrasados en comparación con otros países", señala. "También tenemos unos políticos poco decentes", añade, a continuación. Su apuesta para encauzar el rumbo del país es la sanidad y la educación. Reforzaría la primera, con una apuesta por lo público. Y evitaría, en la segunda, los continuos cambios de leyes.

Profesora de música, Ana Fernández Rodríguez añora el compañerismo de antaño. De Gijón, donde es conocida por estar en varios coros, critica el individualismo. "No me interesa demasiado la política, pero a nivel humano y social veo que el país anda mal. La gente se está acostumbrando a mirar para sí misma, no miramos por el bien de la comunidad", razona. "La gente cada vez está más desapegada de los demás", añade. En el caso de que alcanzara el trono, Fernández Rodríguez trataría de ayudar a los que menos tienen. "Intentaría que aquellas personas que han cometido un delito, que han ido en contra de las leyes, hicieran trabajos para la comunidad, para los que menos tienen", anuncia.

"Esta claro que somos un país más moderno que hace 50 años. En 1972 estábamos en una dictadura, así que no mejorar era difícil". Ricardo Coll, que es ingeniero informático en Gijón, trata de ver la botella medio llena respecto a lo que tiene que ver con la situación del país. Pero hay cosas negativas. "Hay cosas en las que hemos ido a peor. El empleo en los jóvenes, por ejemplo, está mucho peor. Cuando tenía 25 años creo que había más expectativas de las que hay ahora", relata. Si Coll llegara a Rey lo tendría claro. "Dimitiría", afirma. "Ha pasado tiempo desde que se aprobó la Constitución y muchos de los que la votaron ya no están. Creo que sería algo sano poder replantearse las cosas", afirma.

Karina Seoane trabaja en una asesoría fiscal en Piedras Blancas, en el concejo de Castrillón. Hace un análisis metódico del presente del país en que reina doña Letizia. "Necesitamos mejorar mucho", asegura. Lamenta lo primero que "los sueldos no estén de acuerdo a la situación económica actual". Habla de cómo ha subido todo: "El gas, la luz, la gasolina y también la comida". Respecto a la ensoñación de poder ser reina Seoane se pronuncia con claridad: "Miraría más al mundo que me rodea, a la gente de a pie", asegura. "Procuraría trabajar para que la ciudadanía llegase a fin de mes. No parece muy normal que tengamos cuatro vicepresidentes", se lamenta.

Ana Cuesta, polesa de la misma edad que la Reina Letizia, ve a España caminar "de mal en peor". "Yo ya les digo a mis hijos: ‘Estudiad idiomas e iros lejos", confiesa. Cuesta es empresaria y asegura que su generación tuvo muchas oportunidades de estudio. Sin embargo, ahora "ya no es lo mismo". "Veo a una España preocupada, por ejemplo, por el futuro de las pensiones y sin capacidad para ofrecer a los jóvenes empleo", apunta. Eso sí, sus amigos de generación sí pueden disfrutar de empleos "relativamente dignos", algo que no ocurre con la juventud. Si fuera Reina, "saldría corriendo". Cree esta polesa que el papel de la Reina es "solo por ser mujer,secundario y eso no me gusta".

El avilesino Daniel Fernández Iglesias es ingeniero de formación. Actualmente está al frente de una empresa de calderería. Considera que la situación más grave que encuentra España está en la falta de regulación de la "solidaridad entre la gente". Para Fernández esto precisa de un nivel de mejora muy alto porque, según su criterio, "los que más tienen, siguen teniendo más que los que no tienen nada". Y por ahí no está el camino para alcanzar los cambios necesarios que coloquen al país en la situación preponderante. Respecto a la posible utopía de que este ingeniero pueda ser rey constesta tajantemente: "Lo que haría si me tocara eso es abdicar y, después, quitar la monarquía".

"Nuestros mayores, con un gran esfuerzo y talento, nos han dejado un gran país. Un país mas desarrollado y moderno. Sin duda uno de los mejores y más equilibrados para vivir. Evidentemente, hay mucho margen de mejora y nuevas problemáticas. Considero que la mayor deuda la tenemos con nuestras personas jóvenes. El avance en su formación es evidente, pero todavía no hemos sabido responder a sus expectativas laborales y sociales. Es una de las asignaturas pendientes de nuestra España actual", señala Marco Antonio García de Paz, el director artístico del coro "El León de Oro" y el titular de RTVE. "Si fuera rey intentaría representar lo mejor posible a nuestro Estado, pero es hora de una reina".

La consultora de comunicación avilesina asegura que "sería una majadería decir que no hemos cambiado nada en estos 50 años, pero sería también una gansada asumir el ideal ingenuo de progreso y afirmar, sin crítica, que ahora vivimos mejor que antes. Lo que si me atrevo a afirmar es que los que vivimos hoy somos menos de los que vivían hace 50 años y el futuro no es nada esperanzador. El invierno demográfico nos aboca a los asturianos a ser considerados ‘especie en extinción’ y a Asturias una reserva natural... Sobre lo de ‘ser reina’ no me pronuncio, no porque sea republicana, que no lo soy, sino porque yo lo que siempre he querido ser es reina de la copla".

Jose Busto es dramaturgo. De los buenos (ganó por "Lo imposible", el premio "Lope de Vega", que es uno de los más importantes del país). Nació en Gijón, pero hace tiempo que reside en Avilés. Considera que España "está mucho mejor que hace 50 años", pero, admite a continuación, "hay todavía muchas cosas que mejorar". Y menciona, por ejemplo, la necesidad de que se acorte "el abismo entre ricos y pobres: cada vez es mayor". Cree que, salvando este punto, los españoles podrán disfrutar de "otros cincuenta años de mejora". Sobre la posibilidad de que este escritor fuera coronado reacciona: "Abdicacaría, pero no por nada, por el bien del país".

David Fernández nació en Madrid, pero desde hace años vive y trabaja en Avilés. Es corredor de seguros. "Evidentemente, el país está mejor ahora que cuando yo nací: eso nadie lo puede discutir. Pero tampoco puede discutir nadie que hay margen de mejora", apunta. Siente que, por empezar por algún sitio, "habría que cuidar de los autónomos". Considera que no forman parte de ninguna agenda política. "Pasa lo mismo con las personas a las que se le reconocen algún tipo de incapacidad laboral". Respecto a lo de ser rey no entra dentro de sus planes de futuro. "Aboliría la monarquía: prefiero la república". Y luego matiza: "Así que procuraría organizar un referéndum y que la gente elija".

La luarquesa Natalia Menéndez es profesora de inglés y ofrece una visión positiva del país, del de su juventud y del actual. Asegura que tuvo acceso a muchas oportunidades y dice que observa cómo su hijo mayor también las tiene, al menos en lo relacionado con los estudios. España, dice, "es un país con dificultades, pero también hay muchas oportunidades oportunidades". Señala que hay retos por delante y un contexto gris por la situación internacional pero también dice que en su generación "éramos muchos, algo que no pasa ahora". Si fuera Reina se involucraría en las causas sociales; en movimientos como el LGTBI porque cada persona "debe decidir quién quiere ser".

Para Mónica Castrosín la sociedad española ha cambiado quizas para peor. Asegura la canguesa que "estamos dando pasos hacia atrás; antes teníamos otros y mejores valores". "Parece que se avanza, pero las ideas que se defienden ahora, en general, son más arcaicas que las que teníamos nosotros", indica.

A su juicio, tenemos leyes que en principio protegen de casi todo, "pero echo de menos dedicar tiempo a transmitir valores, que es lo que nos hace falta". En caso de ser Reina estaría más pendiente de asuntos sociales, "ayudando siempre a aquellos que lo necesitan y, especialmente, a los niños que pagan todas las carencias que hay en casa". Lo haría "hasta con recursos propios".

Para Rosa González, ganadera de Ayones, en Valdés, "siempre es difícil ponerse en el lugar de los demás". Asegura que a veces "idealizamos" a las personas que viajan con frecuencia o parece que tienen muy buena vida, como sería el caso de los Reyes de España, pero "todo suena más apetecible de lo que creo que realmente es". Si fuera Reina, "pensaría mucho cómo actuar e intentaría ser un buen ejemplo para los demás y muy transparente", señala. Ve a la España actual en una situacion difícil y más, si cabe, en la zona rural. "Hay dificultades para progresar y los conflictos internacionales no nos lo ponen fácil", cuenta. González destaca que hoy en día solo hay un camino: "Pelear".

El político langreano David Álvarez asegura que "es difícil hablar de una generación en términos generales, pero creo que nos educamos de manera distinta a los niños de ahora y tuvimos unas condiciones de vida mucho mejores que las de nuestros padres, además, también es una generación bastante reivindicativa, algo que bajó mucho en las generaciones posteriores".

Si fuera rey, Álvarez tiene claro que su primera decisión sería "abdicar y acabar con la monarquía, es una institución reducto histórico caduco que no tiene sentido, ni pies ni cabeza, no se les puede juzgar por el hecho de ser reyes, así que no podría ser rey porque lo que querría sería acabar con la monarquía".

La langreana Conchi Bustamante trabaja como pescadera y considera que su generación, la que comparte con la reina Letizia "tiene un estilo mucho más joven, es decir, yo antes veía a la gente de mi edad con una apariencia mucho más envejecida que la que presentamos nosotros".

A la hora de hablar de oportunidades laborales, "tenemos un pequeño problema, porque los empresarios son mucho más reacios a contratar gente a partir de 50 años".

Sobre la posibilidad de ser reina, esta mujer asegura que "sería mucho más humilde, sobre todo ahora que se habla tanto del ahorro de energía y de la inflación, por eso creo que intentaría reinar con mucha humildad".

El actor Alberto Rodríguez considera que "somos la generación engañada, a la que se nos dijo que había que estudiar un montón para salir adelante y a los 40 años podríamos recoger los frutos, pero nos dimos cuenta de que estábamos engañados, y ahora llega una generación por detrás que ya no se cree las mentiras del sistema".

Si este mierense, que reside en Gijón, fuera monarca, "lo primero que haría sería rodearme de personas que funcionen bien en diferentes campos porque hay muchas cosas en las que me quedaría corto, con la intención de tener un buen equipo de gobierno. Trataría de ser coherente con mis decisiones en lo que pudiera".

El político de IU Alejandro Suárez, natural de Mieres, aunque residente en Oviedo, cree que su generación "tiene poca capacidad para entender la democracia, quizá porque no padecimos casi la dictadura, así que podría llamarnos como la generación de los Reyes Magos".

A la pregunta de qué decisiones tomaría si se convirtiera en Rey, Alejandro Suárez considera que su primera medida sería, "claramente, poner el país de acuerdo con la razón, convocar unas elecciones republicanas y situar el país donde tiene que estar la razón intelectual y política".

"Ese accidente biológico que supone ser rey es una adherencia histórica inaceptable".

El actor Fran Sariego asegura que, cuando era más joven, "pensaba que éramos una generación perdida, pero con el tiempo me di cuenta de que todas las generaciones venideras lo tienen mucho peor que nosotros porque los tiempos cada vez son más oscuros".

Este langreano, que reside en Gijón, asegura que, si fuera rey, "lo mejor para la salud de la monarquía sería pasar por u n plebiscito que le diese apoyo real, un respaldo que en su momento no hubo oportunidad". Sariego señala que, lo primero que haría como monarca, "sería ponerme al servicio del pueblo a través de un referéndum o algo similar, porque sería la única forma de legitimar el cargo".

El langreano Alberto Castaño, dedicado a la docencia, además de ser un amante del montañismo y la escalada, considera que "somos una generación muy preparada, que se ha tenido que buscar la vida, bien en nuestro país o en otros lugares, ante la falta de oportunidades".

Castaño no haría muchos cambios en el país si se convirtiera en rey porque asegura que "la monarquía actual se encuentra en el punto adecuado, así que si me convirtiera en rey estoy convencido de que haría lo mismo que están haciendo los actuales reyes".

Aegura que los Reyes Felipe y Letizia "son un ejemplo de cómo se tiene que actuar en los tiempos que vivimos".

El langreano Juan José Corujo es bastante optimista respecto a la generación que le ha tocado vivir en España. Así, señala que "somos una generación que está un poco en equilibrio entre nuestros padres y ahora mismo nuestros hijos, bastante formada y preparada y se está adaptando mucho a las situaciones que nos está tocando vivir, como se puede comprobar". Este hombre, que ejerce como profesor, tiene muy claro que si llegase a ser monarca, su primera decisión en el cargo sería fundamentalmente, "tratar de garantizar el reparto equitativo y que desaparezca la pobreza y la exclusión social", un deseo que trataría de cumplir en esa hipotética situación de convertirse en rey.

El profesor mierense Alejandro Fernández considera que su generación "está aún muy atrasada en muchos niveles, pero sobre todo en políticas educativas y de igualdad, educativas porque estamos engañando al alumnado regalándole unos títulos que no merecen porque muchos no entienden lo que leen ni saben expresar lo que quieren cuando ya han cumplido 16 años; y de igualdad porque desde el sistema educativo no se permite hacer muchas cosas que ayudarían a acabar con lacras como la violencia o el acoso". Y si llegase a monarca, este mierense que reside en Cantabria asegura que su primera decisión "sería abolir la monarquía, que a día de hoy no sirve absolutamente para nada".

El abogado mierense José Juan García asegura que "la situación actual del país es más que preocupante, nos enfrentamos a una realidad que, por desgracia, ofrece margen para el optimismo, y en lo referente a la generación que nacimos al final del baby-boom tal vez nuestro principal problema será en el momento de jubilarnos, cuando nos encontremos con una situación mucho peor que la de nuestros padres".

Señala que "ponerse en el pellejo de un Jefe de Estado, ya sea un monarca o un presidente de la república, es un ejercicio poco edificante. Hay que ser realista y asumir que si uno se viera en esa situación debería contentarse con tener una cierta capacidad de influencia".

El mierense Alberto Argüelles, director de comunicación del Montepío, considera que "somos una generación que conoció un mundo que ya no existe, previo a la globalización e internet, que en buena parte marcó nuestra formación; que vimos cómo la generación anterior lograba con mucho sacrificio prosperar, en muchas ocasiones, lejos de sus raíces, renunciando a muchas cosas, para dar futuro a sus hijos".

En la hipétesis de llegar a monarca, explica que "España necesita repensarse en su esencia y en su arquitectura institucional, es elogiable lo que se hizo desde el 78, pero lo que sirvió para los 80 y 90 ya no es lo que necesita un país que tiene que competir en un mundo totalmente diferente".

La diseñadora Adriana Iglesias ve a España inmersa en una crisis "que es global, sistemática y compleja". "Salvo con unidad y colaboración muy estrecha entre los partidos políticos, el coste será muy cruel para la población", opina. "Se pierde mucho el tiempo con reproches", comenta, y dice que ahora es "como si la historia avanzara más rápido que el pensamiento" y "hay que ser prácticos". "Si estuviera en una posición influyente social o política, trataría de transmitir mensajes de unidad y solidaridad". "Esta crisis hace urgente una reflexión sobre la convivencia y sobre cómo ser libres juntos. Esto es precisamente lo que están haciendo realmente bien los monarcas que tenemos", concluye.

"España ha cambiado vertiginosamente en las últimas décadas: nos hemos convertido en una sociedad más libre y próspera, más moderna, actual y abierta de mente, con la capacidad de aceptar que todos somos iguales, aunque seamos diferentes, pero también somos una sociedad crispada, ansiosa, descreída, preocupada por el futuro y con una gran desconfianza en sus líderes", opina la escritora Ana Lena Rivera. Si estuviera en su mano haría de España un país que ofreciera "las mismas oportunidades para todos" y donde, entre otras muchas cosas, "se valore el trabajo y se rechace la violencia y la discriminación; en el que ni mujeres ni hombres tengan que elegir entre éxito profesional o estar presentes para sus hijos".

El director de orquesta Oliver Díaz repara en que "es la primera vez tras muchos años de crecimiento más o menos ininterrumpido en el que las nuevas generaciones tienen expectativas laborales y económicas más pesimistas que las que nosotros tuvimos". En la década de los 70, dice, "se perseguían objetivos humanistas de libertad, cultura y educación para todos", ahora "los sueños pasaron a ser más terrenales, y se ha dado de lado a "la creatividad -o sea educación y cultura- y al desarrollo científico". Si estuviera a su alcance "trataría de convencer a la clase política e impulsar por todos los medios la inversión en educación e investigación", que a su juicio "son los dos pilares fundamentales de cualquier civilización".

Javier Menéndez, director de Maestranza de Sevilla y ex director de la Ópera de Oviedo, ve a su generación "crispada, quemada y bastante contaminada". "Sobra agresividad. La sociedad mundial está polarizada y con pocas ganas de dialogar. No es la mejor forma de enfrentar el mayor y más largo periodo de inestabilidad e incertidumbre, escasez, destrucción y cambio climático", opina. "En España tenemos algo impagable, nuestra capacidad de reír, disfrutar y buscar siempre la forma de salir adelante", de todos modos. De los monarcas comenta que, aunque "es difícil comprender el carácter hereditario de la jefatura del Estado", se quita "el sombrero ante la profesionalidad de Felipe y Letizia".

Gema Prieto Bravo es escritora, cantante y técnico de turismo. Cuando se le pregunta por el futuro del país es, como muchos, pesimista. Habla de la guerra en Ucrania, de la pandemia y de los poderes fácticos que "maneja los hilos con el tema del gas y la electricidad". "Creo que vienen meses complicados, pero nos avisan tanto no solo para prevenirnos, sino para meternos un poco de miedo", analiza. "Creo que el Estado debería garantizar un suministro básico y pujar por la educación porque es la clave de cualquier país. También animaría a que tocara el precio de la vivienda", explica. Cuando se le pregunta qué haría si fuera reina, lo tiene más claro que el agua. "Proclamar la República".

Bonnie Calvín regenta una correduría de seguros en Gijón, así que, como todos los que tienen un negocio ahora mismo, ella está preocupada por el presente y por el futuro. "Veo a España como veo al mundo. Es decir, con mucha inestabilidad. No sé en qué dirección vamos a ir en los próximos años", alega. "Tengo un negocio y todo lo que está pasando a mí me afecta. Creo que nos encaminamos de cabeza a otra crisis. No sé si más gorda que la última, la del 2008, o incluso más grave que esta última", analiza. Respecto a la monarquía y que haría si hipotéticamente alcanzara el trono... también lo tiene claro. "Trataría de acabar con la monarquía", afirma.

La suya es una generación que ha vivido varias crisis económicas y una pandemia. El empresario cangués Ángel Jiménez, regenta una cafetería y ve claramente un futuro complicado, donde aún tendrán que trabajar mucho y muy duro antes de llegar a la jubilación. "Veo un futuro complicado, nos toca trabajar y veo que va a ser mas complicado cuando seamos más mayores". No quiere ni pensar qué haría si estuviese en el puesto de doña Letizia. De hecho asegura que no sabría qué hacer . "No me gustaría verme en ese papel. No me cambiaría por ellos. Desde lejos parece un puesto cómodo, pero imagino que tendrá su dificultad", indicó el cangués.

El enólogo y llagarero Francisco Ordoñez considera que la suya es una generación " de lo mejor", pero entiende que las que vienen detrá s lo hacen pisando fuerte. "Vienen más preparadas todavía, aunque son bastantes menos", señalando el probelma demográfico actual. "Preocupa quién va a cotizar por nosotros, porque creo que no habrá dinero ni gente para cotizar", afirmó. Aún así cree que les tocó vivir buenos años desde niños con un crecimiento exponencial de la economía, con algunos ciclos de crisis. Sí tiene muy claro lo que haría si fuera rey.: "Propondría la sidra como Patrimonio inmaterial de la Humanidad", aunque asegura que no le gustaría ostentar ese cargo.

La escritora ovetense Eugenia Rico es de la opinión de que la hornada de los que ahora cumplen 50 es "una generación afortunada, hemos visto como desde que éramos niños la vida mejoraba constantemente. Pero también hemos sido la primera generación en temer que nuestros hijos no vivan mejor que nosotros". Y advierte: "España está en una encrucijada. En estos momentos el hecho de que España no depende del gas de Rusia tiene que se aprovechado para convertirnos en uno de los países ricos en el club de los países ricos". Sobre lo que haría si fuera reina asegura que promovería "la investigación, buscaría fondos privados para que España como Irlanda se coloque a la cabeza del I+D".

Alberto Rionda, guitarrista de la banda de heavy metal asturiana Avalanch, asegura que "la generación del 72 supongo que vemos a la España actual desde diferentes prismas, y sobre todo dependiendo de a qué lugar miremos. Me siento muy afortunado de pertenecer a esta quinta, la cual conoció los juegos en la calle, la ausencia de redes sociales y teléfonos móviles. La imaginación y la sencillez eran las grandes características de nuestras relaciones sociales". Sobre lo que haría si fuera rey dice: "Lo primero que tendría en cuenta sería tomar conciencia de que ser Rey, no me convertiría en algo diferente a cualquier otro hombre. Me esforzaría en cultivar en mí, los valores más elevados a los que puede aspirar un ser humano".

Para Ana Taboada, portavoz de Somos en el Ayuntamiento de Oviedo y compañera de clase de la reina Letizia, "nuestra generación fue cuando las mujeres conquistaron la Universidad y aprobaron de forma masiva las oposiciones del Estado y la autonomía, en comparación con nuestras madres que se habían quedado en casa para cuidar de sus hijos. Años después, hemos comprobado que no era así, muchas hemos elegido blindar nuestros derechos y defender a los demás porque vemos que hay una involución con respecto a aquellos años". Sobre lo que haría si fuera reina lo tiene claro: "Abdicaría, aspiro a un país moderno , sin una institución anacrónica que no se corresponde con una democracia plena".

María Antonia Alonso Rodríguez regenta una floristería en Gijón. España le provoca sentimientos encontrados. Por una parte, considera que el país está muy avanzado, pero cree que en determinadas cuestiones se está yendo para atrás. Habla, sobre todo, de los derechos de las mujeres. "Lo noto en los cometarios de la gente. Creo que nos vinimos arriba y que ellos, no digo todos los hombres, se han visto como acorralados y ahora está más en contra de lo que llaman las ‘feminazis’", reflexiona. No es que sea monárquica, pero si le dieran la oportunidad de ser reinar tomaría más partidos en ciertos asuntos. "Sería más activista. Metería más caña con temas sociales, como la salud mental", dice.

Begoña Vega Pérez, que cumple medio siglo este mismo lunes, tres días antes que la reina Letizia, está preocupada por todo lo que está acaeciendo. "Yo pienso que los políticos de ahora son muchas veces demasiado jóvenes y no tienen la experiencia que deberían tener enfrentarse a los graves problemas y la crisis que sufrimos. Me preocupa mucho el futuro por la guerra de Ucrania y el encarecimiento de la luz y los alimentos, también el cambio climático y la política internacional, que cada vez es más extremista", asegura. Y preguntada sobre qué haría si fuese reina como Letizia, contesta que "haría como hace ella, que es pasar de todos ellos, los políticos, se entiende".

La avilesina Montse Varela hace un diagnóstico crítico: "Que el gobierno actual se sustente en partidos que no creen en la unidad de España ni en España como única nación nos debilita como país y ante el mundo. Parte de los partidos que forman el gobierno se han declarado antimonárquicos y están contra el rey y la reina". Y añade: "Si fuese reina me gustaría conseguir una nación unida y firme, manteniendo las peculiaridades históricas y eliminando las amenazas de división o independencia. Llegar más al pueblo para hacer sentir la monarquía más cercana. Estar más visible y aumentar las ayudas para los desfavorecidos, sin olvidar representar a España dignamente y con orgullo".

"Lo primero que haría si fuera rey sería quitar la monarquía, abdicaría para hacer una ley para desaparecer estos privilegios de cuna, ridículos, y todos los títulos nobiliarios", afirma el guionista y director de cine, José Manuel Fuentes Berros, más conocido como "Samu". Lo tiene claro ya que considera que los españoles "pagamos a imbéciles subvencionados". El profesional cinematográfico estima que España está mejor aunque ha perdido mucho por el camino "como la libertad que teníamos antes los niños, ahora están sobreprotegidos y no disfrutan de las cosas que, precisamente sus padres, nuestra generación, sí disfrutó". Y anima a las familias a recuperar el ocio de antes.

Beatriz Diez trabaja como funcionara en Gijón y observa a España "convulsa". "Veo mucha incertidumbre después de haber salido de la pandemia", comenta. "Hay incertidumbre con el futuro, con la energía, con la situación en Ucrania y al mismo tiempo veo que la gente tiene muchas ganas de volver a vivir después de haber pasado estos dos años", reflexiona este gijonesa. "Eso sí, se avecinan tiempos difíciles", concreta. La pregunta sobre qué haría si llegara a reinar la pilla a contra pie. "Creo que la monarquía es una institución algo arcaica, obsoleta. Si fuera reina trataría de vivir más con los pies en el suelo respecto a la sociedad en la que vivo", finaliza Beatriz Diez.

Oliverio Jesús Álvarez, más conocido como Oli, fue futbolista del Real Oviedo, el Betis y el Cádiz, y asegura que "no envidio para nada a la generación actual. Fuimos felices sin móviles , ahora el objetivo prioritario es tener el mejor teléfono. Fuimos unos privilegiados. En la sociedad habia más cercanía , más cara a cara , las generaciones actuales son más consumistas e individuales . En la vida como en el fútbol tengo la sensación de que ha cambiado todo demasiado rápido en este siglo". Sobre lo de ser rey asegura que "no me cambio por ser tey ni un solo día ;pero igual que el Rey se ha estado preparando y formando para cuando le llegará el momento de ser Rey ; les pediría a los políticos, a los sitios hay que llegar aprendido".

Alicia Torices trabaja como responsable de una oficina de consultoría informática, a medio camino entre Oviedo y Gijón, su casa. Ella es de las que ven el vaso medio lleno. "Creo que ya hemos tocado fondo. A peor no podemos ir. Ahora, las cosas ya solo pueden mejorar y creo que con los fondos europeos se va a ver esa mejora. Ayudarán a las empresas y a la recuperación económica", concreta la mujer. Torices es de esas españolas que no ve con buenos ojos la institución monárquica. "Si llegara a reina, lo dejaría", comenta, sin tapujos. "Creo que estamos ante una institución que está completamente fuera de la realidad social. No le veo ya ningún fundamento", finaliza Torices.

Fabiola Fernández Pérez trabaja como celadora en el HUCA y cree que la situación del país "no invita al optimismo". Lo dice por lo que ve todos los días. "Todo el mundo está igual. Las perspectivas económicas no es que sean muy favorables. Está la pandemia y luego la crisis. Se está juntando todo", analiza. "No ve tampoco la luz al final del túnel y no sé si estará en las manos de los políticos cambiar las cosas", añade. Fabiola Fernández no se tiene por una persona monárquica, pero si llegara al trono trataría de ayudar a los demás. "Ayudaría a la gente necesitada, sería humilde con el gasto y no haría ostentaciones materiales que no van para nada con los tiempos actuales", finaliza.

"Yo veo que el país está fastidiado para los que vienen detrás, también para nosotros que, ahora, con 50 años, en muchos sitios no te dan trabajo ni de broma pero me da mucha pena de los jóvenes, lo que les viene y lo que les espera. Ellos lo van a tener peor", dice Roberto González García, profesional de la albañilería, quien cree que en unas cosas España ha mejorado en los últimos 50 años aunque el tema del empleo es lo que más le preocupa.

Si se convirtiese en rey no haría absolutamente nada. "Lo mismo que hace el de ahora, nada, o, mejor, lo que hacía el emérito", señala con sorna.

"Cambiaría muchas cosas pero, en realidad, no se puede".

Alejandro Palacio Pardo, delineante de profesión, piensa que su generación vivió su infancia y su juventud en "una época muy guapa, floreciente, en el resurgir de España". Ahora empieza a ver indicios de cambio, pero "poco a poco". "Echo de menos que seamos más inconformistas, como éramos en aquellos tiempos. Esta es una época un poco rara", admite. De la España contemporánea "cambiaría muchas cosas y ninguna: miraría más por la gente de la calle y acabaría con tanto político chupón". Pese a todo, Alejandro Palacio no pierde la fe: "Soy optimista, eso siempre. Esto tiene que mejorar, mi generación es la que está tirando del carro, y somos muchos, somos los del ‘baby boom".