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Por la izquierda, Esther Prieto, de Ediciones Trabe; Antón García, director general de Política Llingüística, y Vicente J. Sánchez García. | Irma Collín

El repertorio de canción lírica en asturiano se amplía con veinte nuevas melodías

"Muchos cantantes se estancaron y perdieron oportunidades por la falta de temas", sostiene Vicente J. Sánchez, autor de las nuevas creaciones

La canción lírica en asturiano amplió ayer su repertorio en una veintena de temas. Veinte canciones nuevas, en su mayoría con letras de poemarios en asturiano, concebidas para ser interpretadas por un cantante solista con acompañamiento de teclados y a las que "el acordeón también les puede venir de perlas", según explicó ayer Vicente J. Sánchez García, el artífice del nuevo libro que las contiene. "Canción lírica asturiana de conciertu" recopila esos temas nuevos y quiere ser de utilidad para tantos cantantes de la región que "veían como se estancaban sus trayectorias profesionales, cómo se frustraban y a veces se ahogaban por la falta de repertorio", recalca el autor.

De mostrar esa potencialidad se encargaron ayer, en un recital en el Conservatorio Superior Eduardo Martínez Torner, el pianista Mario Bernardo, la soprano Beatriz Díaz y la actriz Eliana Sánchez, que junto a Vicente J. Sáchez presentaron la nueva obra, editada por Trabe, que cuenta con la colaboración de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo.

Vicente J. Sánchez, gran conocedor del mundo musical asturiano tanto desde la vertiente de la enseñanza –trabajó durante décadas en el servicio de Enseñanzas Artísticas de la Consejería–, como de la gestión educativa, la dirección coral que ejerció 36 años –fue director del Orfeón de Mieres y del de Caborana–, como de la música profesional y la composición, llevaba más de veinte años con la inquietud de ampliar el cancionero lírico en asturiano. Y la pandemia le dio el tiempo que siempre parecía que le faltaba.

Dice que ha buscado para la lírica contribuir a que tenga el mismo despegue que en su día se logró que tuviera la gaita o la tonada. "A mi modo de entender, en estos últimos 20 o 30 años un apartado de la musica tradicional que se quedó rezagado es el de la música de concierto. Es decir, aquella canción que pasa a ser acompañada por un instrumento, que se entronca con el liad asturiano desde Baldomero Fernández a Manuel del Fresno (1885-1935), y que tiene un clarísimo déficit de partituras, de canciones de repertorio", sostiene. Ahí va enfocado su libro, que completa dos trabajos anteriores, el primero de 30 melodías asturianas musicadas, que publicó en 2007, y el segundo, con 15 armonizaciones corales de asturias, de 2010.

"Hablando con muchos intérpretes fui consciente de que se daba, y se sigue dando, la situación frustante de que gente con talento y voz de calidad recibían premios en festivales y concursos de forma consecutiva, hasta que llegaba un momento en que, sin repertorios que técnicamente les hicieran mejorar, les exigieran, y sin nuevos temas donde poder escoger, la falta de motivación les hacía abandonar. Y es una pena que acabasen con cierta frutación e incluso perdiendo oportunidades profesionales. Eso no puede pasar porque eso no ocurre en el flamenco o con otras músicas tradicionales que tienen una prolongación profesional. La mía es una colaboración más para que se enriquezca el acervo de partituras asturianas", sostiene Vicente J. Sánchez.

En los temas de nueva creación de este allerano afincado en Oviedo aprovechó poesías en asturiano de los dos últimos siglos, y "las he musicado manteniendo las características, adornos y las estructuras tradicionales asturianas". Acabaron saliéndole 20 canciones nuevas y reconoce que una gran fuente de inspiración la encontró en las obras de Pin de Pría.

Tres recitales

Además el libro incluye también dos temas en memoria de Eduardo Martínez Torner, "al que dedico buena parte de la introducción del libro", y otras dos piezas del cancionero popular asturiano. Uno de esos temas, en concreto, lleva por título "Raigañu astur", y recoge, concatenando a modo de popurrí, "seis melodías conocidísimas, como ‘Se oye sonar una gaita’ o ‘Fui al Cristu y enamoreme’", y que son un poco "un reconocimiento del mérito a los compositores de popurrís del siglo XIX y principios del XX".

Entre los músicos y compositores asturianos que conocen a Vicente J. Sánchez no había un conocimiento previo de en qué andaba trabajando, porque "nunca dije a nadie que lo iba a hacer". Eso sí, alguna vez le lanzaron el guante para que contribuyera a paliar el déficit lírico que había en Asturias. "Pero si no llega a ser por la pandemia no sé si lo hubiera podido hacer", reconoce.

El mismo espectáculo que ayer se aplaudió en el Conservatorio Superior de Oviedo tendrá continuación en Moreda (el próximo día 28 de octubre); en Llanes, (el día 4 de noviembre); y en Mieres (el 3 de diciembre).

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