"No estamos desahuciados", recordó el Pitu al término del partido ante el Celta. El vestuario rojiblanco mantiene la fe en la permanencia más allá de que el propio entrenador manifestó la importancia de atar, en la medida de lo posible, todos los puntos en juego en El Molinón. No es tiempo para la desesperación ni para añadir prisas a la ya de por sí tensionada situación del equipo, aseguran desde el club después de la derrota frente al conjunto vigués, mientras se trata de poner solución a una racha que descuadra las cuentas para continuar en Primera. El Sporting sólo ha sido capaz de ganar uno de los últimos once partidos, sumando 7 de los 33 puntos en juego. El dato más positivo está en que la distancia respecto a la salvación se sitúa también a una victoria de diferencia. Más exactamente, en los dos puntos que existen respecto al puesto ocupado por el Granada.

El Sporting se centra en lograr la victoria en Las Palmas para retomar el pulso en la pelea por la permanencia y lograr un golpe de confianza de cara al tramo final de la temporada. Abelardo volvió a manifestar su optimismo para sacar adelante la situación y recordó lo positivo de algunos aspectos del juego ante el Celta. El mayor golpe estuvo en la oportunidad perdida para que el equipo volviera a depender de sí mismo, ya que un triunfo hubiera dejado a los rojiblancos fuera de los puestos de castigo al término de la jornada. El Pitu también quiso hacer una llamada a la realidad, con el propósito de que el equipo y la afición sean conscientes de que la permanencia pasa por saber manejar esta serie de apuros, en una lucha por librar tres puesto que parece reducida a Levante, Rayo, Getafe, Granada y el propio Sporting.

El frenazo del conjunto rojiblanco, en cuanto a la línea de puntuación seguida en los últimos encuentros, comenzó tras la victoria ante el Valencia. Aquel triunfo, el pasado 31 de enero, se convirtió en un espaldarazo que dejaba bien encaminada una fase del calendario que sonreí al Sporting, al albergar tres partidos seguidos en El Molinón. Los empates ante el Dépor y el Rayo, y la derrota, ante el Barcelona, no sirvieron para alejarse del peligro. Llegó un nuevo empate, en el Benito Villamarín, que permitía sacar una buena media. Lo peor llegó con cuatro derrotas consecutivas, ante Espanyol y Athletic, en casa, y Granada y Málaga, fuera. La visita a Gijón del Atlético de Madrid permitió recobrar el optimismo, dosificado con la igualada en territorio del Levante, y cortado ante el Celta, el pasado domingo. Un triunfo en Las Palmas permitirá mejorar los cálculos.