"El estadio tiene que ser una olla a presión de apoyo a nuestro equipo". La frase puede resultar repetitiva, pero es una realidad a la que apela Rubi en el intento de atar todos los cabos posibles para superar al Granada. "Que la afición esté con nosotros más que nunca, por favor. Al máximo, del minuto uno hasta el noventa y cinco. Que nuestro jugador sienta un respaldo de día especial", apela el entrenador del Sporting, convencido de que el público del municipal gijonés responderá. Rubi aspira a sumar ante el Granada su primer triunfo en casa como entrenador del Sporting. Una recompensa que se le resiste desde que asumiera el cargo el pasado mes de enero.

"El equipo ha hecho mejores partidos en casa que fuera, y aún no sé lo que es acabar con una felicidad total", comenta sobre el hecho de no haber podido celebrar todavía la victoria en el municipal gijonés.

El choque ante el Granada precede al parón de la Liga por los compromisos internacionales, y Rubi quiere "que la semana que viene podamos trabajar a gusto. Estando a cuatro o cinco puntos, como máximo, de la permanencia". Hace hincapié en la importancia de que el futbolista "sienta el respaldo" del público, y no cree que vayan a notar las bajas por sanción de Nacho Cases, Cop y Cuéllar, que se unen a las de los lesionados Amorebieta y Viguera. "Lo que me preocupa es que el que salga esté convencido de lo que va a hace. Las diferencias no son tan grandes entre unos y otros. Lo que no podemos salir es con duda a suplir a un compañero. En Valencia las bajas estuvieron bien sustituidas", concluye.