Parecía casi imposible a tenor de los descalabros sufridos esta temporada fuera de casa, que aún hubiera margen para hacerlo si cabe todavía peor. Pero el Sporting de Baraja lo ha conseguido: frente al peor rival con diferencia de la categoría, el equipo ha ofrecido su peor imagen de la temporada. Aunque al final se vaya de Lorca con un punto. Un punto que a ellos les sabe a victoria, pero que a la afición rojiblanca le escuece si cabe más que aquellas derrotas en Soria, Pamplona, Reus o la del mismísimo derbi.

¿Cómo se explica para empezar que frente a un rival que llega con la increíble racha de diez derrotas consecutivas, el míster rojiblanco se decida por jugar con un trivote, a la postre claramente defensivo? Da igual lo que pueda decir Baraja. Esto es imposible de entender. Imposible.

¿Qué hace el mejor delantero centro del equipo escorado en banda derecha? Para Santos casi fue una bendición la lesión de Nano en la jugada de penalti (¡ojalá no sea nada lo del canario!). Ello le permitió volver a su posición natural. Aunque tuviera durante todo el partido que vérselas prácticamente él solo contra el resto del mundo.

¿Y qué demonios pasa con los penaltis? ¿Acaso no se ensayan lo suficiente? ¿Por qué de repente es Jony el lanzador?

Un Jony que pese al error fue de nuevo de lo poco salvable de un equipo que mediada la segunda parte, permitió al Lorca soñar incluso con la victoria. Si no fue así fue gracias a Mariño, otra vez en su versión de arcángel salvador.

Se mire por donde se mire, el partido contra el Lorca es impresentable. Si de verdad los jugadores y el cuerpo técnico se creían que sólo con el escudo no se gana a nadie, lo cierto es que durante la mayor parte del partido, parecieron querer demostrar lo contrario.

De este modo, se agotan los calificativos para tratar de describir lo que se vio sobre el césped del Artés Carrasco: horroroso, lamentable, penoso, patético. Y todos se quedan cortos.

Un equipo que dice querer engancharse arriba y que en casa ofrece una imagen más que solvente, es inexplicable que jugando fuera ofrezca semejante cambio de cara y de actitud. Tal vez lo que hubiera hecho falta fichar en el mercado de invierno hubiera sido a un buen psicólogo.

Las estadísticas están ahí para quien quiera autoflagelarse con ellas. En la primera parte un único tiro entre los tres palos: el lanzamiento de penalti. Y en la segunda no es que mejorara mucho la cifra. Y de nuevo prácticamente nulos a la hora de sacar provecho de las jugadas a balón parado. Y es que cuando la pena máxima para un equipo se transforma en la máxima pena para sus seguidores, apaga y vamos.

Señalar que la última ocasión (de las contadas que hubo) la pifió Viguera como la falló quizás sería cargar las culpas contra quien no las tiene. Pero muy mal tiene que estar Carlos Castro para volver a quedarse en la grada, prefiriendo el entrenador arriesgar con un delantero que venía tocado de la semana y con otro que apenas ha contado en lo que va de temporada.

Semana muy dura la que se presenta ahora por delante. Afortunadamente sólo habrá que esperar hasta el viernes con la esperanza de que volvamos a ver el Sporting de las cinco victorias seguidas en El Molinón. Claro que las rachas están para romperse, para bien o para mal. Que se lo pregunten al Lorca.

Post Scriptum: de los tres supuestos medios organizadores que fueron fichados por Torrecilla, ¿alguno lo es de verdad? ¿Y qué es de Alex López? Lo mismo algún aficionado si lo ve sobre el césped no lo conoce del tiempo que lleva en el dique seco.