Imposible saber el número de interminables e intensos abrazos que recibieron Marinieves, la viuda de Quini, sus cuatro hijos: Lorena, Quique, Jorge y Óscar; y Falo, hermano del Brujo. Tampoco saber cuántos miles de personas pasaron por la capilla ardiente del mito rojiblanco, instalada en la que habitualmente ejerce como zona mixta de El Molinón. Un duelo tan numeroso como sentido, en el que todos destacaron los valores humanos de Quini por encima de su extraordinaria trayectoria deportiva. Tan difícil y emotivo fue el último adiós, que hombres recios como Joaquín no pudieron evitar las lágrimas. "Se va un icono. El alma del Sporting", se repitió entre los presentes.

El consejo de administración del Sporting, al completo, estuvo en todo momento junto a la familia. Javier Fernández, presidente; Javier Martínez, vicepresidente; Fernando Losada, consejero y Ramón de Santiago, secretario del consejo. Miguel Torrecilla, director deportivo, y Manuel Sánchez Murias, director de categorías inferiores, también acudieron a la capilla ardiente junto a l a práctica totalidad, por no decir todos, de técnicos y empleados del club, así como todos los miembros de los servicios médicos, con el doctor Maestro a la cabeza. Expresidentes como Manuel Vega-Arango, Antonio Veiga Ángel García Flórez, Plácido Rodríguez o José Fernández también arroparon a la familia. Este último, a primera hora, en el tanatorio de Cabueñes.

La actual plantilla del Sporting, en su totalidad, veló el féretro. Jony tampoco pudo evitar las lágrimas. La lista de excompañeros y exrojiblancos que, sobre el césped o en el vestuario, compartieron vivencias con el Brujo y acudieron a dar el último adiós a Quini es prácticamente interminable. Desde Montes, Novoa, Maceda, Joaquín, Uría, Echevarría, Juan Eraña, Puente, Cundi, Jiménez, Redondo, Enrique Morán, Ferrero, Eloy Olaya, Ablanedo II, Ablanedo I, Esteban, David, Andrés, Claudio, Mino, Luis Sierra, Castaño, Lozano, Juan Díaz, Chus Bravo, Pablo Álvarez, Pablo Díaz Stalla, Bango, pasando por Pedro Santa Cecilia, Omar Sampedro, Lozano, Samuel Baños, Marcelino Elena, Emilio Gutiérrez, Roberto Fernández, Juan Muñiz, Adrián Colunga y terminando por el gran Luis Enrique, fueron visitando la capilla ardiente. Lucho, que estuvo junto a la representación del Barcelona, se fundió en un abrazo con sus padres al término del funeral. Otros exrojiblancos, como el que fuera director deportivo Emilio de Dios; el exdirector general Alfredo García Amado y los que fueran fisioterapeutas del club, José Manuel Loza y Lorenzo del Pozo, también acudieron a dar su último adiós a Quini. Javier Fano, hijo del exdirectivo Tino Fano, estuvo presente.

La lista de exjugadores del Oviedo que pasaron por El Molinón también fue amplia. Vili Berto, Oli, Armando, Carrete, García Barrero o Sañudo fueron algunos ejemplos. "Le llamé ayer -por el martes-, porque habíamos quedado en vernos hoy - por ayer- en Mareo. Fue poco antes de las ocho de la tarde. No me cogió el teléfono. Me extrañó. Luego me encontré con este batacazo", comentó Manu Preciado, hijo del fallecido entrenador rojiblanco Manolo Preciado. "Cuando murió mi padre nunca me dejó de lado. Me llamaba muchísimo", añadió. El Guaje Villa estuvo representado por su padre, José Manuel, muy emocionado. El goteo de gente de fútbol fue continuo, con presencias como la del gijonés Marcelino Campanal o el entreguín Juan Carlos Álvarez, exsevillistas o la del psicólogo Joaquín Valdés, ahora en el Celta. Dani, exjugador del Athletic e íntimo del Brujo, portó incluso el féretro junto a otras leyendas rojiblancas. La afición también estuvo representada a través de Víctor Sánchez, de Unipes, y Jorge Guerrero, de la Federación de Peñas.

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Miles de personas despiden a Quini en un abarrotado estadio de El Molinón

"La grandeza de las personas se mide no sólo por lo que hacen sino por lo que son y Quini no solamente hizo mucho por el fútbol español sino que además fue una persona extraordinaria", subrayó José Ramón Lete, secretario de Estado de Deportes, a su paso por la capilla ardiente. Juan Luis Larrea, presidente de la junta gestora de la Federación Española, le precedió. También se vio al seleccionador Julen Lopetegui. Más tarde llegó Maximino Martínez, presidente de la Federación Asturiana, quiso acompañar a Luis Rubiales, candidato a la española, a su llegada a El Molinón. Carlos del Campo representó a la Liga y David Aganzo, a la Asociación de Futbolistas Españoles, mientras que el colectivo arbitral tuvo a: Manuel Díaz Vega, Mejuto González y César Muñiz.

Los clubes más representativos del fútbol español estuvieron presentes más allá de la larga fila de coronas de flores que vistió el pasillo que daba acceso al féretro del Brujo. Entre las personalidades que acudieron, por parte del Real Madrid se dieron cita Amancio Amaro y Emilio Butragueño, siendo la del Barcelona, equipo en el que militó Quini, una lista extensa, aunque la mayoría entraron directamente al funeral: José Ramón Alexanko, Rexach, Fusté, Tente Sánchez, Esteban Vigo y Lobo Carrasco. Tino Saqués, presidente del Lugo o Felipe Llamazares, consejero delegado de la Cultural Leonesa, también se dejaron ver. Figuras de otros deportes, como el ciclista Chechu Rubiera, vivieron de cerca el último adiós al Brujo.

Todos los partidos, a nivel local y regional, estuvieron. Expresidentes commo Vicente Álvarez Areces o Francisco Álvarez Cascos; Javier Fernández, presidente del Principado; José Ramón Tuero, director general de Deportes; Gabino de Lorenzo, delegado del Gobierno; Mercedes Fernández, presidenta del PP en Asturias; Pedro Sanjurjo, presidente de la Junta General del Principado; el expresidente Antonio Trevín, o Emilio León, portavoz de Podemos en el Parlamento regional. Por el Ayuntamiento de Gijón, estuvo la alcaldesa Carmen Moriyón, Fernando Couto, vicealcalde y Jesús Martínez Salvador, concejal de Deportes, entre otros. Otros ayuntamientos de la región estuvieron representados. Destacó la presencia de Wenceslao López, alcalde de Oviedo. Otras autoridades como la Guardia Civil en Asturias, estuvo encabezada por el teniente coronel Francisco Javier Almiñana. En cuanto a la Policía Nacional, estuvo presente el comisario jefe de Gijón, Dámaso Colunga, que hizo las veces de jefe superior y acudió acompañado por Urbano Gutiérrez.