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Santillana | Exjugador del Madrid y de España, competía con Quini por el puesto de delantero en la selección española

"Quini siempre lograba meter algún gol más que yo"

"Aunque con condiciones físicas diferentes, El Brujo tenía el mismo instinto rematador en el área que Cristiano Ronaldo"

Santillana y Quini. AS

Eran otros tiempos, más sanos seguramente. Un fútbol más puro. Las diferencias se notaban en cualquier detalle, también en los métodos de entrenamiento. De Carlos Alonso González "Santillana" (Santillana del Mar, 65 años), goleador voraz del que se siempre se recuerda su estético salto para rematar de cabeza, se comentaba que a su llegada al Madrid le hacían entrenar con un saco a la espalda. Esa práctica explicaría su poderoso salto. Santillana descosió redes rivales en los 70 y los 80, etapa en la que coincidió con Quini. Y el asturiano siempre lograba birlarle los Pichichis. Esa competencia por el gol generó un encendido debate en la España futbolística: ¿Quién merecía el puesto de delantero centro en la selección española? Al margen de las discusiones, Santillana y Quini mantenían una genial relación fuera de los terrenos de juego. "La rivalidad era imposible con él por su carácter", explica el exmadridista en conversación con LA NUEVA ESPAÑA. Lo hace apesadumbrado por una pérdida que no esperaba. "Quiero aprovechar la ocasión para mandar mi pésame a la familia de Quini y al sportinguismo", dice antes de empezar.

- ¿Cómo se entera del fallecimiento de Quini?

-Me llaman de los veteranos del Madrid y me dicen lo que ha sucedido. Mi primera reacción es de incredulidad. Pienso: 'No puede ser? Con todo lo que ha luchado Quini'.

- Una pérdida dura.

-Es un palo terrible. Cuando alguien fallece siempre se habla bien de esa persona pero es que Quini era especial. Tenía un carácter diferente. Nos peleamos por el puesto de delantero en la selección y, sin embargo, no existía ninguna rivalidad. Él siempre se alegraba por las cosas buenas que me pasaban y viceversa. La última vez que le vi fue en el partido que el Sporting jugó en Villarreal la temporada pasada. Fui a verle al vestuario antes del choque porque solo con hablar con él irradiaba positividad.

- A usted le definió como "el mejor delantero español de la Historia".

-El sentimiento de admiración era mutuo. Y nos queríamos mucho. Para mí, ha sido de los mejores, sin ninguna duda. Lo que pasa que no le tocó vivir una época como la actual, con mayor seguimiento en los medios de comunicación. Con los medios actuales, Quini hubiera sido una estrella internacional, pero de aquellas se quedó en un héroe más local.

- Explique cómo era para los que no le vieron jugar.

-Quini vivía para el gol. Tenía muchos recursos para lograrlo. Iba fenomenal de cabeza, golpeaba con las dos piernas? Era muy completo. Rematador bestial.

- Fuera del campo también fue grande.

-Se adaptaba al rol que le tocara, siempre con buen humor, con bromas, siempre por el equipo. Si no le tocaba jugar, ayudaba de otra manera. Tenía una humildad que llamaba la atención.

- Bonitos duelos tuvieron por el Pichichi en los 70 y los 80.

-Duelos ninguno. ¡Siempre me ganaba! Los dos teníamos facilidad para marcar, en eso nos parecíamos. Aunque él siempre lograba meter alguno más que yo. Logró ser Pichichi en el Sporting, que no era tan sencillo como lograrlo en el Madrid o en el Barça, y eso habla de su capacidad como goleador. Que anotara tanto no era casualidad: siempre estaba en el lugar adecuado y en el momento oportuno.

- ¿Qué característica de Quini le hubiera gustado tener?

-¡Uf! Pues muchas. Era muy potente, le daba con las dos piernas, de cabeza era impresionante?

- Hombre, lo de rematar de cabeza a usted no se le daba nada mal?

-Sí, pero no me parece que yo fuera mejor cabeceador que él. Lo que pasa es que yo tenía más salto, me mantenía más tiempo en el aire. Pero en cuanto a ejecución, técnicamente estábamos al mismo nivel.

- Si tuviera que compararle con algún futbolista del panorama actual, ¿con quién lo haría?

-Aunque tengan condiciones físicas diferentes, le veo el instinto rematador en el área de Cristiano Ronaldo. Creo que Quini estaba en una línea similar: siempre con la portería en la cabeza y con muchos recursos para llegar al gol. Quini tenía el instinto goleador de Cristiano.

- ¿Alguna anécdota que recuerde con cariño?

-Tengo unas cuantas. La que me viene ahora es la que sucedió en La Martona, el lugar donde nos concentramos de cara al Mundial del 78 de Argentina, en plena dictadura de Videla. Un destacamento militar nos protegía. En una ocasión, Quini llegó pálido donde yo estaba y me dijo: 'Charly, que me han apuntado con una pistola'. En el paseo del equipo se había pasado los límites permitidos y los policías habían ido a indicarle que regresara. Además, era la alegría del vestuario.

- Cuente.

-La convivencia antes del Mundial no era sencilla en La Martona y él era el que animaba el cotarro. Era una persona que hacía la vida más fácil a los demás. Rubén Cano, Satústregui, Quini y yo peleábamos por el puesto de delantero pero no existía ninguna rivalidad, era imposible con él.

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