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Pase al hueco

Méndez-Salvador

La sociedad de la cantera y el mediador

Buena parte de la fulgurante progresión del Sporting de José Alberto, el entrenador nombrado por el pueblo, está en el creciente protagonismo de Nacho Méndez y Cristian Salvador, dos chavales de la casa que tienen tantas ganas de comerse el mundo como cosas por aprender. Hace mes y medio eran tan buenos futbolistas como ahora, pero no contaban con el suficiente respaldo desde el banquillo, la única pócima inventada para que los jóvenes saquen lo mejor de sí mismos.

Ambos canteranos, que incluso sufrieron con Baraja el castigo de la grada sin ninguna explicación, han formado ahora en el centro del campo una sociedad con visos de consolidarse porque se complementan a la perfección. El luanquín debe mejorar en la gestión de las faltas, como él mismo reconoce, pero aporta una calidad por encima de la media del equipo y de la categoría. Y el zamorano, con pérdidas de balón a corregir, pone músculo y recorrido.

Como esto ya lo sabe todo el que tiene ojos, se supone que el club les habrá empezado a dar el cariño que les corresponde para evitar las lágrimas de una repentina despedida, como tantas ha habido. También se sabe estos días que la propiedad anda detrás de alguien que ejerza de mediador con la afición. Es una buena medida que demuestra que los dirigentes escuchan las inquietudes de las gentes rojiblancas, aunque a veces no les hagan ni caso. Gentes, en plural. Porque el sportinguismo es diverso y poliédrico y por suerte no depende de un único grupo al que defender haga lo que haga. No obstante, hay que ver aún quién acaba ostentando ese puesto, ya que el nombramiento de un "gestor político" sería un arma de doble filo. Nadie debería ocupar ese lugar por supuestos favores pasados. Ni futuros.

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