La distancia no hace el olvido para Eduardo Salazar. Este gijonés lleva 18 años afincado en Las Palmas, donde ha formado familia y ha sido padre de "Pablo y Diego, dos canariones sportinguistas". No faltó en la visita de los rojiblancos al Estadio Gran Canaria con la fe de que el pistoletazo inicial de los carnavales vinieran acompañados de un buen resultado para los de José Alberto. La fiesta continuó en la isla, a costa del conjunto gijonés. "Hay que confiar en tener un poco de suerte", afirma esta familia de cara al objetivo de seguir peleando por el ascenso.

"Soy de Langreo, pero mi madre nació y vive ahora en Canarias. He aprovechado para venir a ver al Sporting y también para estar un poco con ella", confiesa Artemi Suárez, al que sólo su nombre, como él mismo recuerda, delata su vínculo especial con Gran Canaria. "Yo también soy un poco de la Unión Deportiva, ¡eh!", apunta antes de matizar que "lo que quiero es que gane el Sporting. A los dos les hace falta. Ojalá puedan subir ambos".

Otros asturianos de visita en Las Palmas aprovecharon para pasar por el campo. Fue el caso de parte de los componentes del equipo de voleibol del Fertiberia Los Campos, de Corvera. "Perdimos en la cancha, ahora a ver si puede ganar el Sporting", comentan, ataviados de rojiblanco, minutos antes de que eche a rodar el balón en el campo de la Unión Deportiva Las Palmas.

En las gradas ya habían empezado a acomodarse los miembros de las peñas Maliayo, de Villaviciosa, y San Martín, de El Berrón, que hicieron guardia desde el viernes en la isla en unos días de descanso y pasión futbolera que no terminaron de la mejor manera posible. La primera derrota lejos de El Molinón de la era José Alberto minó la esperanza de la colonia asturiana en Canarias. Siempre quedará disfrutar del recién estrenado Carnaval.