Lo que comenzó la temporada como un objetivo, con el paso de las jornadas acabó convirtiéndose en un sueño. Y a un mes de la finalización de la temporada, el Sporting ha transformado esa ilusión, que siempre fue eso, muy lejos de convertirse en realidad, en un nuevo fracaso deportivo del conjunto rojiblanco. Por segundo año seguido el Sporting se quedará sin el premio del ascenso. Y en esta ocasión lo hará, además, sin ni siquiera estar en la pelea. Porque aunque durante varias fases se acercaron, los gijoneses solo pisaron en dos jornadas los puestos de privilegio. Fue en la segunda jornada, cuando un triunfo frente al Nàstic en casa sirvió para acabar en puestos de play-off, y una semana después, en la tercera, los rojiblancos ganaron al Extremadura también en El Molinón y se situaron segundos. Después, la derrota en la cuarta jornada hizo al Sporting bajar de la sexta plaza, y no recuperarla ya más durante la temporada.
El empate del Lugo no deja de ser la crónica de una muerte anunciada, basada en una mala planificación, la segunda con Miguel Torrecilla al frente de la dirección deportiva rojiblanca. Y también en un equipo irregular que no ha llegado a cogerle en ningún momento el pulso a la competición, y al que le han pesado en exceso las malas dinámicas, de las que no pudo sobreponerse nunca. Y eso que el Sporting llegó a enlazar dos buenas rachas de resultados, primero a la llegada de José Alberto en noviembre, y después el pasado mes de marzo.
Con solo tres puntos en los últimos cuatro partidos de Liga, tras empatar con Nàstic, Elche y Lugo, y perder en Mallorca, el Sporting pone fin a su temporada, pese a que las matemáticas aún le dan opciones de poder alcanzar la sexta plaza. Un varapalo para un equipo que contaba con el quinto tope salarial de la categoría, y al que todavía le quedan tres partidos más por disputar.
El Sporting planteó, tanto con José Alberto como con Baraja, un bloque en el que primase la fortaleza defensiva. Y así consiguió dejar su portería a cero en 16 de los 38 partidos que ha disputado. Una cifra que solo supera el Granada, que llegó a 17 encuentros. Pero solo con el plan de ser un equipo ordenado no basta. El Sporting no cumplió la segunda parte, y le faltó destreza y más empaque en la zona decisiva: el área rival. Ahí flojeó un equipo que no siguió la misma comba que los más fuertes de Segunda. Los rojiblancos han sido hasta la fecha el equipo de la zona alta que menos goles ha marcado y menos partidos ha ganado. El que más se le aproxima de entre los diez primeros es el Málaga, que también ha marcado 39 tantos como los rojiblancos. Pero ninguno empeora los 14 triunfos que solo han logrado los rojiblancos, los mismos que lleva el Almería.
"Es complicado ir todo el tiempo a remolque", señaló José Alberto tras el empate con el Lugo del pasado sábado. Y esa circunstancia es cierto que le ha pesado durante toda la temporada al equipo. Primero con un nefasto mes de octubre y noviembre que acabó costándole el puesto a Baraja, y en el que apenas se consiguieron 4 puntos sobre 21 posibles (con 4 empates y 3 derrotas). Después de que José Alberto levantase el ánimo al equipo antes de acabar el año, en enero volvió la irregularidad, y ahí los rojiblancos arañaron solo 7 puntos de 24 posibles (2 victorias, 1 empate y 5 derrotas). Y de nada sirvió que después llegase en marzo una racha de cuatro victorias seguidas que se extendió a nueve partidos sin perder, porque el último mes tres empates y una derrota han provocado la confirmación de la caída de un equipo que estuvo todo el curso sobre el alambre.
