Cumplir años lejos de casa, de la familia, obliga a festejarlo de manera diferente. Para quienes les ha tocado hacerlo con el añadido de las medidas que rodean la amenaza del coronavirus se ha convertido en algo tan singular como extraño. Es el caso de Juan Muñiz, exjugador del Sporting ahora en las filas del Volos griego, país en el que se han adoptado medidas similares a las que, desde hace días, funcionan en España. El gijonés, en todo caso, no se queja. Lo que iba a ser una comida en un restaurante junto a sus compañeros de equipo con motivo de su 28.º aniversario, acabó en una parrillada en casa con un inseparable amigo: el exsportinguista Nacho Cases.
"Hace días que a todos los que vivimos en el país nos llegó un mensaje al teléfono por parte del Gobierno. No se prohibió nada, pero se recomendaban una serie de pautas como las de evitar salir de casa o hacer reuniones de un más de un determinado grupo de gente", explica Juan Muñiz sobre cómo empezó a hacerse presente en su día a día el coronavirus. Volos es una ciudad situada unos 300 kilómetros al norte de Atenas y cuenta con uno de los puertos comerciales más importantes del país. Allí desembarcó el pasado verano Muñiz para reforzar a un recién ascendido a Primera y una de las revelaciones de la categoría, al coquetear con los puestos europeos. Desde el pasado mes de enero, Nacho Cases, otro gijonés formado en Mareo y con el que compartió el "ascenso de los guajes", le acompaña de nuevo en el vestuario. Y hasta en casa.
"Casi todas las tardes Nacho venía a verme o iba yo a verle a su casa. Ahora nos cortamos un poco", detalla Juan Muñiz. Nacho vive en el centro, más bullicioso y cómodo para llevar a sus dos hijos a la escuela. "Esta misma semana se cerraron ya los colegios. Aquí se han puesto las pilas rápido pese a que hay muchos menos casos detectados en comparación con España", apunta Cases. Juan, a las afueras, con vistas al mar Egeo. Esa sería finalmente la sede de un cumpleaños que había quedado en el aire. La solución acabó de resolverse con una visita al supermercado y unos cuantos kilos de carne. En la fiesta, finalmente, un tercer invitado además de Amaia y Loreto, las parejas de los dos exjugadores del Sporting: Iker Guarrotxena, otro de los españoles en la plantilla del Volos, y su novia.
"He visto que en Gijón se ha tomado la cosa en serio. Aquí también sigo esa rutina de salir sólo al supermercado, a la farmacia o a pasear a mi perra, Mía. Sin embargo, desde mi ventana todavía veo a mucha gente paseando por la playa con los guajes. Falta que se conciencien un poco más", señala Muñiz. Allí, la hostelería ha tenido que echar la persiana, pero la cultura por el café ha dejado abierta una pequeña excepción. Las cafeterías, de momento, siguen atendiendo al público, aunque "sólo para retirar una consumición e ir tomándola por la calle o llevarla a casa. No se puede permanecer en el local".
Muñiz y Cases se entrenaron con el equipo, por última vez, el pasado sábado, y ahora se mantienen en forma en sus domicilios echándole imaginación con material deportivo que conservaban. "A mi novia le gusta mucho el deporte y estoy aprovechando un minigimnasio que montamos en casa", explica Muñiz. Así, los dos exrojiblancos matan el tiempo y se mantienen alejados de unos contagios que "se concentran en Atenas, donde las nuevas medidas del gobierno han dejado casi sin actividad el aeropuerto desde hace días". El fútbol se mantiene "limpio" salvo en el caso del presidente de Olympiakos, unos de los clubes más potentes del país. "Aquí me temo que la competición no se vaya a retomar más. Mientras tanto, a cumplir con las normas y esperar que no se haga demasiado duro", concluye Juan Muñiz tras un cumpleaños en Volos que, por muchos motivos, será inolvidable.
