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En el ecuador del regreso

El Sporting afronta la segunda parte de la puesta a punto con la meta de afinar la puntería, seguir firme y evitar otro mal inicio

Djukic y Pandurovic observan un rondo en el que participan los futbolistas Molinero, Djuka, Corero, Pedro Díaz, Murilo y Aitor García. L. F. P.

Avanza a buen ritmo la pretemporada atípica a la que se ha visto sometido el fútbol español. El Sporting asoma en Mareo por el ecuador de la puesta a punto para un final de Liga que desde la patronal confían en dejar fijado esta semana, y que esperan que se sitúe en torno al 12 de junio, después de que el gobierno autorizase que se pueda volver a jugar desde el día 8 de junio. Ya han pasado dos semanas y media desde el día en que los jugadores realizaron los test, que supusieron el pistoletazo de salida al protocolo de vuelta, que ha llevado a la plantilla a trabajar de forma individual, y ahora en grupos reducidos. Con la vuelta a las sesiones grupales completas en el horizonte, previo ya volver a jugar, Djukic ha aprovechado estos días para marcar su hoja de ruta y plan de trabajo, con algunas ideas que tiene tiempo para pulir, y con algunos aspectos en los que debe incidir el Sporting para acoplarse a una competición frenética de 11 partidos en apenas 40 días.

Evitar repetir los malos comienzos. Esta temporada en los 11 primeros de Liga el Sporting solo sacó un tercio de los puntos (11 sobre 33 posibles). Además con Djukic le costó también coger rodaje, después de que se perdieran con él sus tres partidos como visitante. En ambos casos encontró después un atisbo de regularidad el equipo. Y más en los útimos partidos de Djukic, en los que el equipo ya ganaba fuera, y dejó una buena sensación de boca con al goleada ante Las Palmas. Pero ahora la competición no dará tregua. Y el Sporting no puede permitirse ningún tropiezo ni mal comienzo.

Equilibrio de la intensidad. En esta segunda semana hubo sesiones de casi dos horas, con trabajo físico y con balón, en grupos reducidos. Djukic reconoció que prefería no meter mucha carga ahora, y que veía más idóneo coger el ritmo a medida que pasaban los partidos. El Sporting era, hasta el parón, el equipo que más faltas cometía, y ese es otro aspecto a controlar ese aspecto, de no pasarse de revoluciones y controlar que se puedan evitar lesiones. Y a la vez es necesario un equilibro para ofrecer un ritmo notable para no quedarse corto en una competición exprés de 11 partidos en apenas 40 días donde no existirá casi capacidad de reacción.

La insistencia de afinar la puntería. Esta semana Djukic pudo por fin volver a ensayar en el terreno de juego los aspectos que había repasado en el confinamiento con la plantilla. Resaltó el serbio el pasado lunes que le importaba incidir en aspectos de jugadas de defensa y en especial del ataque. Y así esta semana el equipo ha trabajado especialmente la parte de afinar la puntería. El gol cobra especial importancai en este Sporting para lo que queda de Liga. Los rojiblancos se destaparon en el último partido antes del parón venciendo 4-0 a Las Palmas, pero hasta ese momento, le costó mucho definir. Pese a que son el noveno equipo que más remata de Segunda a portería, esas aproximaciones no se traducían en gol. Ni Djuka ni Álvaro Vázquez estuvieron acertados. Ahora los dos arietes del equipo, junto a otros efectivos, necesitan ver puerta con más facilidad.

Vuelta de Bogdan y Valiente para menter la firmeza. El parón le ha servido a Djukic para recuperar a dos efectivos fijos. Marc Valiente y Bogdan, que eran baja hace dos meses, ya han dejado atrás sus lesiones. Especialmente importante es la vuelta del lateral, pieza clave para Djukic, ya que le subió en enero desde el filial, y lo convirtió en un fijo. Si arriba le ha costado mucho al Sporting por fase tener una regularidad y eficacia, la defensa ha sido la nota positiva en un equipo que dejó la portería a cero en 12 de los 31 partidos de Liga disputados. Solo le superó con 13 el Zaragoza en este registro. La firmeza defensiva, una clave a conservar.

El objetivo. Djukic y el vestuario dejaron claro esta semana que el objetivo es el sueño del ascenso, de pelear y engancharse a la zona alta, cuando el equipo está a cinco puntos del play-off. Pero ese mensaje no puede hacer perder la perspectiva a un equipo que ha estado en apuros durante varias fases del año, sin caer al descenso, pero coqueteando con él. La vuelta a la Liga iguala fuerzas, y el Sporting no debe descuidar también ese peligro.

Trabajo psicológico. Después de recuperar el trabajo con el balón, y la rutina, la importancia de saber adaptarse al escenario de disputar encuentros a puerta cerrada cobra un papel vital. El Sporting tendrá que amoldarse a jugar sin el apoyo de El Molinón, uno de los campos con mayor afluencia de la categoría. Aunque la plantilla tendrá también el beneficio de jugar fuera sin la presión de rivales. Se presenta un escenario nuevo. La parte psicológica, que los jugadores estén enchufados en escenarios sin público, será primordial.

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