El Real Sporting llegaba este viernes al Estadio Francisco de la Hera en Almendralejo, para medirse a un Extremadura ya descendido, pero que sin la presión por lograr la permanencia, venía de vencer al Deportivo en su estadio, con especial protagonismo para numerosos chavales de su filial. Por su parte los rojiblancos -de inmaculado blanco para la ocasión-, después de su victoria ante el Málaga, se jugaban sus últimas opciones de cara a poder luchar hasta la última jornada por alcanzar los playoff de ascenso a Primera. Para ello necesitaban un resultado favorable en el partido que medía a Fuenlabrada y Elche.

Con las bajas por lesión de Unai Medina y Pablo Pérez, Djukic confeccionó para este nuevo 'match ball' en toda regla, un once que presentaba algunas variaciones con respecto al que venciese y convenciese en la anterior jornada al conjunto malagueño. Con Mariño indiscutible número uno -en todos los sentidos- en la portería, Molinero volvió a ocupar el puesto de lateral derecho, siendo la banda opuesta para Damián Pérez y los centrales para Babin y Valiente. En el centro del campo repetían Javi Fuego y Pedro Díaz en la sala de máquinas, con Murilo y Aitor García en los carriles. La media punta volvía a ser para Manu García, retornando también Uros como referencia en la punta.

Los primeros minutos fueron de claro tanteo y sin excesivo ritmo de juego, condicionado todo quizás por la alta temperatura presente sobre el césped.

La primera aproximación fue en todo caso para el Sporting cuando se cumplía el minuto 5, con un disparo de Murilo que se fue muy desviado, ante los evidentes gestos de reprobación de Uros, quien pedía un centro.

Tres minutos después llegó el primer saque de esquina para el Sporting, botado sin la menor trascendencia. Ese ha sido uno de los puntos débiles del conjunto sportinguista durante toda la temporada, inocente a más no poder en las jugadas de estrategia.

Sin un dominador claro, la primera ocasión seria de peligro fue para los locales en el minuto 13, cuando Borja Granero remató de manera defectuosa un balón que le había caído a los pies, tras una disputa por alto en la que Marc Valiente no pudo anticiparse a su par.

El Sporting tardó en responder a ese primer disparo del Extremadura. Hubo que esperar hasta el minuto 23, cuando Manu García puso a prueba al cancerbero chileno local, cuyo desvío providencial para los suyos, fue aprovechado por Aitor García para marcar, aunque el tanto fuese anulado de inmediato por el colegiado, por un fuera de juego de Uros quien con su posición adelantada dificultaba la visión del portero.

Se llegó a la pausa de hidratación -más necesaria que nunca-, con la sensación de que el Sporting tendría que apretar mucho más si quería optar a la victoria. Más aún cuando los resultados que llegaban de otros campos no eran los idóneos.

Pero paradójicamente resultó ser el Extremadura quien volvió con mayor mordiente. Se acababa de poner el balón en juego, cuando el jovencísimo lateral derecho del filial extremeño, Carrasco, le ganó la espalda a Damián, fusilando por el primer palo a Mariño. Minuto 32 y peor no se le podía poner el panorama a los de Djukic, quienes jamás habían sido capaces de remontar un resultado adverso en todo el campeonato.

Completamente noqueado el Sporting por el gol recibido, pudo el Extremadura marcar hasta por dos veces. Primero fue Nono, quien en el 35, ganándole la partida a los centrales sportinguistas envió fuera por muy poco. Y después otra vez Carrasco, quien envió al larguero en el 37, tras recibir un buen centro desde la izquierda, en una acción en la que Murilo llegó muy tarde en su apoyo a Molinero. Lo mejor que le podía pasar al Sporting es que el descanso llegara cuanto antes.

No fue así para su desgracia y pasó lo que se veía venir. Pinchi García en el 41, no perdonó tras una asistencia de Carrasco -quién si no-, consiguiendo el segundo para el Extremadura. La jugada venía de una pérdida absurda en la salida del balón, con un mal pase de Babin al que no supo reaccionar tampoco Aitor. Despropósito total del Sporting ante un equipo plagado de bajas, con numerosos jugadores de su filial y sin nada en juego más que la honra. Parece evidente que esa honrilla no cotiza igual en todas partes.

Se llegó de este modo al descanso, con un Sporting en su peor versión, con una defensa de verbena superada por el Extremadura, especialmente tras la pausa de hidratación. Con un dos cero en contra -que pudo ser incluso más abultado-, soñar con la remontaba se antojaba mucho soñar.

No le quedaba otra a Djukic que mover el banquillo. Entraron de este modo Bogdan -en su regreso a la competición-, Gaspar y Alvaro Vázquez al inicio de la segunda parte, quedándose Marc Valiente, Aitor García y Djuka en los vestuarios. Nada nuevo en el entrenador serbio: jugador por jugador, posición por posición. Tres cambios había realizado por su parte también el Extremadura, en un intento por parte del entrenador local, de repartir minutos entre sus jugadores. En ese nivel de partido el Sporting se veía en la obligación de marcar tres goles en 45 minutos. Demasiada gesta para tan previsible equipo.

Sin atisbo de reacción, Djukic realizó su cuarto cambio en el minuto 53, saltando al césped Nacho Méndez y yéndose a la ducha un irreconocible Manu García.

Los minutos iban transcurriendo como una losa cada vez más pesada para las casi nulas esperanzas de remontada. Se llegaba al primer cuarto de hora de la segunda parte sin noticias de un Sporting, en el que Nacho Méndez intentaba asociarse con Alvaro, repitiendo la fórmula que tan buen resultado había dado ante el Málaga. No se explica que no se repitiera de partida en Extremadura.

Un mal entendimiento entre Babin y Mariño, fuera de su área, en el minuto 68, demostraba que nunca las prisas fueron buenas consejeras. Pero la realidad es que el Sporting ni con prisas ni sin ellas, había sido capaz de hilvanar jugada alguna digna de mención.

Desesperado Pedro Díaz por no recibir apenas balones de sus compañeros y desaparecido Javi Fuego, la única opción del Sporting pasaba por la citada conexión Nacho Méndez, Alvaro Vázquez. Volvió a demostrarse en el minuto 73, con el de Badalona disparando fuera de los tres palos, tras asistencia del luanquín.

Se alcanzaba así la pausa de hidratación con el Extremadura cada vez más cerca de conseguir su segunda victoria consecutiva. Aprovechó Djukic el parón para efectuar su quinto y último cambio, entrando Gragera por Javi Fuego. A buenas horas, mangas verdes, pensaría más de un aficionado sportinguista.

El último cuarto de hora sirvió para que quienes no conociesen el verdadero significado de los 'minutos de la basura', tuviesen claro el concepto. La tarjeta mostrada a Babin en el 83 y por la que el central de Martinica, se perderá el último partido de la temporada, sonó a petición de vacaciones anticipadas. Más de uno se hubiera apuntado a su misma suerte. Quizás esa era la intención de Damián Pérez en el 93 cuando se sumió en una trifulca en la que no había nada más que ganar.

Derrota pues más que merecida en definitiva para el Real Sporting, con la que dice adiós de forma definitiva a sus opciones de ascenso. Una derrota que recuerda a tantas otras sufridas por esta plantilla durante toda la temporada, y que deja al equipo en el lugar que corresponde a tanta vulgaridad ofrecida en su juego. Otro proyecto así que se va al garete. Demasiados desde que el Real Sporting se transformase en SAD.

Tiene suerte Djukic y los suyos de que el último partido de la temporada, a disputarse el próximo lunes en El Molinón Enrique Castro 'Quini' sea a puerta cerrada. De lo contrario podría arder Troya frente a un Huesca celebrando para más inri su ascenso. También tiene su aquel que sea la ciudad aragonesa una de las que más está sufriendo los rebrotes del maldito Covid. Mejor ni pensar en ello.

Post Scriptum: ¿sigue el Real Sporting SAD negando la posibilidad de devolver en contante y sonante a sus socios, la parte proporcional correspondientes a los partidos que no han podido presenciar?