Autocrítico, asumiendo ver al equipo lejos de lo que busca, David Gallego dio en el primer amistoso de pretemporada alguna muestra añadida al fútbol "vertical e intenso" que marcó como objetivo el nuevo director deportivo del Sporting a su llegada al club. Detalles curiosos como el de un dibujo táctico (4-2-3-1) prácticamente idéntico al instaurado por su antecesor, Miroslav Djukic, se unieron al interés añadido a darle velocidad y profundidad a las bandas. Entre los aspectos en los que puso más énfasis, el cuidado en el juego a balón parado, asignatura pendiente y uno de los puntos negros de los gijoneses durante la pasada temporada.
La disposición táctica, variable, en las diferentes fases del juego, se mantiene de momento pese al relevo en el banquillo. Un aspecto que, en buena medida, sirve para poner aún más de manifiesto la falta de novedades de la plantilla, en la que ni David Gallego ni Javi Rico han podido intervenir ante la ausencia de movimientos en forma de salida y llegada de jugadores. Entre unos y otros condicionantes, el técnico rojiblanco apostó en el primer amistoso, en los dos conjuntos empleados en los que mezcló futbolistas del primer y segundo equipo, por el mismo 4-2-3-1 al que la afición se acostumbró desde el pasado mes de enero. Desde entonces fue poco menos que inamovible.
El interés por encontrar vías para añadir la profundidad que faltó en muchos momentos de la campaña anterior se pudo ver en otros detalles, como los metros ganados por los laterales en la salida de balón convirtiendo a uno de los pivotes en un tercer central. De esta manera, ya utilizada también por Djukic, el equipo intentó hacer más ancho al equipo en ataque y ganar alternativas de pase facilitando una llegada más limpia al área rival. Un aspecto, en todo caso, que Gallego remarcó no era una de las tareas a conseguir en este primer ensayo. La búsqueda era la de poner en práctica y empezar a afianzar mecanismos defensivos que, a la vista del resultado (2-2) y en boca del propio técnico, no acabó siendo todo lo satisfactoria que hubiera querido.
En este punto, el del trabajo defensivo, se vio la labor conjunta del cuerpo técnico por tapar una de las heridas por las que se desangró el equipo la pasada campaña, con tramos en el que la mitad de los tantos recibidos partían de acciones de este tipo. David Gallego ha puesto su confianza en Gordillo, asistente técnico y otra de las novedades de este verano, para desarrollar las jugadas de estrategia, tanto en contra como a favor, consciente de que los precedentes obligan a intentar reforzar este aspecto. El primer amistoso de pretemporada también lo puso de manifiesto, siendo uno de los goles, el firmado por Carmona, fruto de un saque de esquina mal defendido. La acción recuerda, además, que los centros laterales tienden a meter en mayores problemas al equipo más allá de los que suelen estar derivados a este tipo de situaciones.
Entre las conclusiones del primer ensayo, a las que el cuerpo técnico da la importancia justa teniendo en cuenta que todavía se ha podido trabajar muy pocos días con todo el grupo a la vez por el protocolo marcado por la Liga, está también la evidencia de la difícil papeleta de los descartes. Unai Medina, Cordero, Hernán Santana, Isma Cerro y Neftali no participaron en ninguna de las dos partes de treinta minutos en las que se dividió el ensayo, convirtiendo el hecho en una nueva muestra de que no entran en los planes de su entrenador. El equipo vuelve hoy al trabajo en formato de doble sesión pendiente del estado físico de Javi Fuego y Aitor García, las otras dos ausencias del primer amistoso por molestias físicas junto a la baja de Traver, en cuarentena tras dar positivo por covid-19.
