A la tercera le fue la vencida para Fredi Lobeiras. Nacido en El Llano y criado junto a Begoña, llegó en minibenjamines a Mareo. En infantiles de segundo año, la falta de participación le hizo salir a La Braña. Un paso que el extremo considera ahora acertado con el paso del tiempo. Al Sporting regresó tras acabar los juveniles para jugar en el filial. Pero aún así tuvo en su primer año que salir cedido al Candás para jugar en Tercera. Volvió aún con más fuerza, y al curso siguiente le llegó el momento del debut. El 23 de abril de 1995 debutó con el primer equipo. “Se lesionó Tomás y me llamó García Cuervo, pero en Santander ante el Racing jugó Morales por la izquierda. A la semana siguiente sí que me puso ante el Espanyol”, recuerda Fredi. “Llegar a debutar en el equipo de mi ciudad es algo único, pero no es un camino de rosas, tuvo que salir varias veces y pelear mucho”, explica.

Fredi dejó el fútbol en 2008, cuando se retiró en el Marino. Estuvo inmerso en algunos negocios, y aún mantiene una empresa junto a sus padres dedicadas al turismo rural. Pero desde hace tres años ha vuelto a acercarse al fútbol, ya que hace de scout para el Alavés en Asturias.

Su paso por el Sporting fue muy irregular. Tras su debut encadenó dos cesiones consecutivas, a Lleida y Osasuna. Después, en el año del descenso, jugó un partido en la cuarta jornada ante el Barcelona y volvió a salir, en este caso al Extremadura. Allí en Almendralejo logró el ascenso, pero tuvo que permanecer en Gijón, donde se rompió el tobillo. Y en ese curso 1999-2000 disputó apenas ocho partidos al final. Decidió entonces irse a continuar su carrera en el Sevilla, Murcia, Cádiz, Castellón, Las Palmas y Marino.

“Siempre se le ponen más peros para que un futbolista de la cantera llegue arriba y tenga continuidad. Se le mira más con lupa”, lamenta Fredi. En su caso, analizando fríamente su etapa rojiblanca, explica que esa primera cesión, que en su momento le dolió, fue la mejor decisión que tomó: “Lo mejor que hice fue irme cedido a la primera oportunidad que tuve, me pudieron conocer en toda España, me abrió camino en el fútbol”. Y añade también en la misma línea: “Me hubiera gustado crecer en el Sporting, pero era una época en la que solo tuvo continuidad de mi generación David Cano. José Manuel, Urbano, Mario Cotelo, Acebal tuvimos que irnos. Era muy difícil llegar de la cantera y mantenerse en esa época”.

Ahora, aunque reconoce que en el club “quizás se tira de cantera por necesidad”, sí que al menos le transmite buenas sensaciones el proyecto con Javi Rico y NoéCalleja: “La apuesta de ahora es el camino a seguir. La nueva dirección deportiva está profesionalizando el club para hacer un proyecto a largo plazo. Están intentando crear una base”.