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Pase al hueco

18 segundos y un árbitro

El parón navideño de un equipo por encima de las expectativas

Al Sporting le sobraron ayer 18 segundos y Pulido Santana, un árbitro que se tomó su tiempo antes de señalar como penalti un vigoroso puñetazo en el rostro de Cuéllar a Borja López y que se fue corriendo libre de toda duda a los once metros cuando Marc Valiente saltó a despejar un balón al área sin mayor infracción que tener dos brazos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Durante los 89 minutos previos a la descabellada decisión final, los rojiblancos habían interpretado a la perfección el guion de la era David Gallego: defensa sólida, un doble pivote consolidado, con Javi Fuego in crescendo de un tiempo a esta parte, y Djurdjevic certificando el mismo porcentaje de aciertos que el de fallos hasta hace unos meses. Ha llegado la Navidad y nadie ha demostrado todavía ser indudablemente mejor que este atrevido, peleón y gijonés plantel. Todo marcha muy por encima de las expectativas. El descanso vendrá bien.

Dentro de lo previsible desde que el coronavirus vació los estadios sí será la radiografía económica que la directiva presentará hoy a los accionistas. Las pérdidas, de 3,8 millones, pondrían los pelos de punta si no fuera porque el fútbol profesional es actualmente, sin excepción, un enfermo sediento de ingresos y de mercado. Mucho peor habría sido además si el pitón de la pandemia hubiera cogido al club sin colchón. Recurrir al crédito colectivo de la Liga parece la opción acertada. El sportinguismo será todo oídos esta tarde.

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