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El análisis del partido: Lo que el VAR quitó en El Toralín lo devolvió en El Molinón

El penalti sobre Javi Fuego encarriló la victoria de un Sporting mejorado con los retoques de Gallego

Campuzano, a la derecha, es atendido por Diego Lobelle, ante jugadores y auxiliares del Sporting. | Á. González

Esta semana, las redes sociales de los futbolistas del Sporting no se acordarán de los árbitros. Nadie insinuará conspiraciones para echar al equipo rojiblanco de la zona de privilegio, ni se recordarán agravios anteriores. Reinará la paz porque, simple y llanamente, lo que el VAR le quitó en El Toralín, se lo dio en El Molinón. Nadie, salvo Javi Fuego, que lo sintió en sus carnes, se apercibió del pisotón involuntario de Antonio Sánchez. Penalti, pero uno de esos penaltis que se hubiesen ido al limbo sin la tecnología. Un detalle que, en partidos cerrados como el de este domingo, puede decidir un resultado. Pero un detalle que no fue fruto de la casualidad. A diferencia del partido frente al Espanyol, el Sporting hizo muchas cosas bien para ponerse estar en condiciones de adelantarse en el marcador. Algunas ya vienen de serie, como la fortaleza defensiva y la paciencia para esperar su oportunidad. Otras aparecieron, en parte por la intervención del entrenador. Con Nacho Méndez y Campuzano se perfila un Sporting más jugón, que no desprecia la pelota. Como ejemplo, la jugada del minuto 20: Manu García controló como los ángeles un balón llovido del cielo, tras un mal despeje de Mariño, y a partir de ahí Campuzano rompió líneas con una conducción en diagonal, para finalizar con un pase a la espalda de los defensas que Nacho Méndez, apurado por Reina, no pudo embocar.

Babin, una vez más impecable, al borde de la suspensión

Los piques entre jugadores de los dos equipos en los últimos minutos se saldó con cuatro amonestaciones en un partido de guante blanco, que solo había registrado la amarilla a Antonio Sánchez en la jugada del penalti. Pero, de repente, Muñiz Ruiz amonestó de un tirón a Pablo Pérez y Cufré, por un rifirrafe, a David Gallego por protestar y a Babin por golpear a un rival con el brazo en una disputa. Ésta última es la que más debe de preocupar al sportinguismo porque el defensa francés se sitúa con cuatro tarjetas, al borde de la suspensión. Babin es el jugador más utilizado por Gallego (2.482 minutos) y solo se ha perdido un partido hasta el momento, frente al Tenerife, por lesión. Volvió a dar una lección de seguridad, sosteniendo a la defensa en los momentos de mayor acoso del Mallorca.

Campuzano responde en su primera titularidad y anuncia un buen tándem

Tardó meses en llegar a la plantilla del Sporting, muchos más de lo deseado por él mismo y por David Gallego, pero a Campuzano le costó muy poco integrarse en el funcionamiento del equipo. Parecía que había jugado toda la vida con Djuka y compañía. El delantero catalán se compenetró muy bien con el “pichichi” de Segunda desde esa posición de segundo punta que, según dijo en la presentación, es su preferida. Su primera hora como titular anuncia probablemente la fórmula del técnico hasta final de temporada: Djuka como referencia y Campuzano moviéndose por todas las zonas del ataque, especialmente por la banda derecha. Por esa zona estuvo cerca de su primer gol en el inicio de la segunda parte, sobre todo cuando ganó la espalda de la defensa en un envío de Djuka, pero un fallo en el control le impidió encarar a Manolo Reina.

Djurdjevic volvió como si nada hubiese pasado

Después de dos semanas ajetreadas, pendiente al principio de una posible convocatoria por Serbia y después al elegir Montenegro para su proyección internacional, Djuka volvió a El Molinón como si nada hubiera pasado. Sufrió al principio por la estrecha vigilancia de los centrales del Mallorca, pero no dudó en el penalti y, a partir de ahí, participó más en el juego del equipo. Incluso se lució como asistente a Campuzano. Y puso la guinda con un golazo que demuestra lo que es la confianza de un delantero en racha. Su cuarto doblete, su decimonoveno gol.

Pleno rojiblanco esta temporada con el pontevedrés Muñiz Ruiz

Al Sporting le va bien esta temporada con Alejandro Muñiz Ruiz. Con el árbitro pontevedrés, de 29 años, tres partidos y tres victorias rojiblancas: 2-0 frente al Girona en El Molinón, 1-2 en Santo Domingo ante el Alcorcón y otro 2-0 con el visitante más ilustre de la categoría. Muñiz Ruiz llevó con tranquilidad el partido y atendió la sugerencia de su compañero en el VAR, el vasco Sagués Oscoz, para que fuese a revisar un incidente entre Antonio Sánchez y Javi Fuego en un saque de esquina. Lo que nadie pudo apreciar en directo quedó muy claro con las imágenes de televisión: Sánchez pisa al pie derecho del centrocampista de Pola de Siero, un jugador que no se caracteriza por la simulación. Penalti. Por lo demás, partido tranquilo para Muñiz Ruiz, salvo unos roces finales que no pasaron a mayores.

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