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Zapico, el langreano que mima Ipurúa hasta jubilado

“Vengo cada día a echar una mano, es una pena no ver el domingo aquí a la Mareona”, dice el exutillero de los armeros, en el Eibar desde hace medio siglo

Ángel Fernández Zapico, ayer, en Ipurúa. | A. Z. / @SDEibar

Oficialmente se jubiló el pasado mes de febrero después de dedicar 52 de sus 70 años al Eibar. La realidad es que Ángel Fernández Zapico (Langreo, 1951) no puede vivir sin el club de sus amores. “Mi casa está a unos 200 metros de Ipurúa y vengo cada mañana a echar una mano. Siempre hay algo que hacer”, comenta a LA NUEVA ESPAÑA quien es historia viva del club armero. El Sporting visitará el domingo al conjunto vasco y a este langreano nacido en Otones le gustaría ver en las gradas color rojiblanco. “Es una pena que no pueda venir la Mareona por el tema del covid-19 porque siempre han sido partidos de vivirlos entre aficiones. Han empezado bien además, pero ojo al Eibar, que Gaizka (Garitano) es muy buen entrenador”, avisa “Zapi”.

Ángel Fernández Zapico, en sus primeros años en el Eibar. | A. Z. / @SDEibar

Ángel Fernández Zapico, en sus primeros años en el Eibar. | A. Z. / @SDEibar

“¿Oviedo o Sporting? Unión Popular de Langreo”, contesta Zapico, quien curiosamente tiene su primera imagen de fútbol en una visita rojiblanca a Ganzábal. “Debía tener yo unos diez años y recuerdo que el campo estaba medio nevado. Los dos equipos estaban en Segunda y ganó el Langreo 2-1 al Sporting. El gol de ellos creo que fue de Solabarrieta”, apunta el asturiano. Con el delantero de Ondárroa fraguó amistad años después, cuando se mudó al País Vasco recién cumplidos los 18 años. Eibar, donde residía su hermana tras casarse, le acogió para darle trabajo en la fábrica de escopetas. Se quedó para siempre.

Toda una vida en el Eibar permitió a “Zapi” compartir amistad con el rojiblanco Quini. También mantener una gran relación con los azules Tensi y Vicente. Y también ejercer de buen anfitrión para los asturianos que han caído en las filas del Eibar. Varios en los últimos años. “Echamos de menos a Cote”, reconoce sobre el gijonés, que esta temporada se incorporó a Osasuna tras cuatro años en Ipurúa. “Aquí fue el mejor de largo dos años. Es todo carisma, dentro y fuera del campo. Este verano estuve tomando algo con él en Gijón, en el Paseo de Begoña. Me explicó su salida: quería seguir en Primera”, detalla. Ahora mima a Sergio Álvarez. “Es también un chaval espectacular y uno de los capitanes ya”, destaca.

Entiende la figura del utillero como algo más que la del encargado del mantenimiento del material. A Zapico también le gusta ser confidente y apoyo de los jugadores. “Hay que estar cerca de los lesionados, de los jóvenes, de los que no juegan... Hice mucha amistad con Christian Rivera cuando estuvo aquí”, comenta en relación al centrocampista gijonés, una de las incorporaciones de este verano. “Ese chico tiene un talento tremendo, le he dado cantidad de consejos, pero en la élite te piden más cosas que las cualidades. Ojalá triunfe esta temporada en el Sporting”, desea.

El fin de semana va a ser intenso para Zapico. “El viernes me voy a Madrid a una boda, pero el domingo no me pierdo el partido”, dice el asturiano, con butaca de abonado en la tribuna central y plaza reservada en uno de los palcos del club, desde donde seguramente vea el encuentro entre el Eibar y el Sporting. “Si mira la alineación, este año en Gijón tenéis a los mismos menos a Fran Villalba. Si el año pasado faltaron un par de jornadas para lograr la promoción, este año pinta que va a mejor. Hay mucha gente joven, con proyección, será un partido bonito”, asegura.

No se atreve a estas alturas a apostar por los que subirán a Primera. “Esto de Segunda está muy abierto”, repite antes de volver a avisar sobre el potencial armero. “Ya han cogido la onda a la categoría y en nada que cojan consistencia defensiva irán para arriba”, advierte sobre el rival del Sporting. “¿Y lo bonito que ha quedado Ipurúa tras la reforma? Qué pena que no venga la Mareona”, vuelve a lamentar el gran “Zapi”.

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