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Lo que el ojo no ve: la noche más larga para el Sporting, Gallego y el sportinguismo

Ni el resultado acompañó, ni la imagen del equipo dio para albergar alguna esperanza de cambio. El Sporting vivió en Las Palmas un capítulo más de los que viene protagonizando en las últimas semanas. Sin personalidad y timorato, la derrota terminó siendo escasa para lo visto sobre el terreno de juego del Estadio Gran Canaria. El desplome parece tan imparable que cada semana hace claudicar a los últimos de aquella legión que seguía cada comentario, respuesta u opinión de David Gallego. El debate sobre si el entrenador merece una semana más es casi un monólogo, el de quienes ven su continuidad como una pérdida de tiempo para las soluciones. La historia reciente del Sporting habla de todo lo contrario, pero el descenso está a cuatro puntos y Oviedo se asoma a la promoción de ascenso. Todo eso, un poco agitado, se convierte en una bomba imparable en el universo Sporting. En Las Palmas, los consejeros Ramón de Santiago y Fernando Losada. También Joaquín Alonso, responsable de relaciones institucionales. Las comunicaciones con Javier Fernández, presidente y máximo accionista, permanentes. La pregunta, la que se hacía todo el mundo, la de todo el sportinguismo: ¿debe seguir David Gallego? De alinearse con el discurso de Javi Rico defendiendo al de Suria, a la cautela. Hasta el entorno del entrenador era pesimista. Nadie, o muy pocos, lo veían claro a última hora de ayer. El peor escenario posible para el entrenador. La noche más larga de la temporada antes de que el Sporting vuelva hoy a Gijón.

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