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Luis Suárez, el único balón de oro español, con Armando Castro.

Ibiza despide con emoción al asturiano Armando Castro, una leyenda del fútbol en la isla

Nacido en San Martín del Rey Aurelio hace 90 años y criado en Gijón, durante 17 años jugó como defensa y quedó vinculado para siempre al club y a los futbolistas veteranos de toda España

Con sonido de gaitas retumbando en Ibiza, con los sones de “Gijón del alma” y con su féretro cubierto con una bandera de Asturias, la isla balear despedía esta semana al veterano futbolista Armando Castro Suárez, de 90 años. Un asturiano natural de San Martín del Rey Aurelio y criado en Gijón hasta que el salto futbolístico le llevó en los 60 a afincarse en Baleares, primero en Mallorca y luego en Ibiza. Allí se convirtió, con los años y su buen hacer, en todo un referente deportivo y humano, admirado y respetado por todos.

Armando Castro con Paco Gento y un trío arbitral.

Jubilado tras 17 años como jugador, Armando Castro quedó afincado en la isla ibicenca, donde se casó, fundó una empresa de éxito y formó una gran familia. Además, durante décadas estuvo ligado a la dirección deportiva del club ibicenco, incluso como avalista. Con los años su proyección se multiplicó como organizador de partidos benéficos que llevaron a Ibiza a referentes del fútbol de Primera y también presidiendo, hasta su fallecimiento, la asociación de veteranos del SD Ibiza.

“Pasó por todas las dependencias de la entidad siempre con un estilo superlativo, en elegancia y saber estar, pero sobre todo generosidad. Fue jugador, secretario técnico, delegado y lo que el club le demandara. Para sus compañeros un ejemplo, y para las generaciones posteriores un referente a seguir. En su último cargo, lo dejó para presidir la SD Ibiza de Veteranos, donde se dejó veinte años entre partidos de fútbol y aportaciones sociales” relataban, como despedida, desde la citada entidad de vetaranos del Ibiza.

La ficha como jugador de Armando Castro.

Precisamente fue esa última etapa la que propició que mantuviera una gran relación con otros nombres propios del balompié español embarcados también en las filas de otras agrupaciones de veteranos como la del Real Madrid, el Barcelona o el mismo Sporting: Paco Gento, Di Stéfano, Luis Súarez o Camacho aparecían posando con Castro en las fotografías que la familia quiso compartir con todos los que les dieron el pésame en estos días.

La figura del asturiano no ha dejado de ser ensalzada en la isla desde que se conociera su fallecimiento, ocurrido el fin de semana. Armando Castro presumía de haber sido uno de los primeros fichajes foráneos de la Sociedad Deportiva Ibiza, algo cierto ya que llegó a la isla para reforzar al equipo en el año 1959, logrando ese año un histórico ascenso a Tercera. Antes, el defensa había militado en el Juvencia de Trubia, Club Atlético Palencia, Gimnástica Burgalesa y Atlético Baleares. También dejo su magisterio en el Titánico de Laviana. 

Alfredo Di Stéfano con Armando Castro, en una celebración.

Fue protagonista de una de las consideradas como épocas memorables para el fútbol pitiuso, de ahí el gran peso que ha dejado su nombre en los ambientes deportivos de la isla.

De Castro, dicen, “era duro, expeditivo y no se andaba con chiquitas en aquel fútbol de más fuerza que técnica. No destacaba por su envergadura, pero tenía fama de ser de hierro. Era difícil ver a Armando en el suelo, tenía mucha fuerza y sobre todo mucho carácter», como han recordado aficionados tras su fallecimiento. Él mismo, en alguna entrevista, analizaba su propia manera de jugar: «Tal vez mi juego sea algo duro, pero yo creo que más bien es enérgico».

“Era un enamorado del fútbol. Lo vivía con pasión y sin medias tintas. Y, sobre todo, buena persona. Ayudó también a mucha gente fuera de los terrenos de juego», reconocían varios excompañeros estos días al Diario de Ibiza, cabecera del mismo grupo de LA NUEVA ESPAÑA.

“Armando Castro, con alma asturiana y corazón ibicenco, ha dejado una huella imborrable y su nombre siempre estará ligado a la intensa historia del fútbol ibicenco. Se lo ha ganado a pulso y por derecho”, se reseñó en el diario en su obituario.

Armando Castro con Míchel-

Ese amor compartido quedará expresado para le eternidad cuando una parte de las cenizas de Armando Castro lleguen a Asturias. Será próximamente. La familia, respetando sus deseos, propiciará que una parte de sus restos reposen en la parroquia gijonesa de Granda, donde vive su cuñada, sobrinos y familiares, con los que siempre ha mantenido un gran vínculo.

Porque Armando Castro era un enamorado de Asturias y en Gijón veraneó toda la vida durante más de un mes al año. En la ciudad tenía grandes amigos, forjados de su época de estudios en el Revillagigedo, y en ámbitos también deportivos. Accionista del Sporting, el último año en el que la enfermedad ya avanzaba inclemente fue el único en que su familia no renovó los seis carnés sportinguista que Armando Castro abonaba cada temporada, desde el momento mismo en que iban naciendo sus hijos. Carnés que nunca se perdieron porque todos los tenía cedidos a sus amigos, para que alguien animara por él a su equipo del alma, en un amor compartido con el Ibiza y también con el Real Madrid.  

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