La revolución en la que está inmersa la dirección deportiva que encabeza Javi Rico y Abelardo afectará a (prácticamente) todas las líneas del Sporting. También, claro, al frente de ataque, al que el Pitu pretende dar un importante impulso de cara al nuevo proyecto. El técnico gijonés observa con mucha preocupación las pobres cifras anotadoras de la plantilla. El equipo completó la temporada marcando 43 goles, promediando prácticamente uno por partido. Un balance muy pobre.
Los informes de los técnicos son claros. Creen que la plantilla necesita dos refuerzos en la delantera. Y eso si no se va Djuka, autor de 14 goles (2 más en Copa), y al que Abelardo quiere como uno de los grandes líderes del proyecto.Si Así se lo volvieron a trasmitir en las cumbres celebradas el pasado lunes en Mareo. Porque el ariete montenegrino es hoy una pieza fundamental para el club, q ue ha tasado su salida en el mercado en cinco millones de euros y está dispuesto a agotar todas las vías para persuadirle de renovar, algo que no ven con buenos ojos sus agentes, que creen que su ciclo está agotado y debe cambiar de aires.
Y además su estilo de juego encaja a la perfección con el que pretende implantar el Pitu, que estudia cambiar de dibujo táctico de cara a iniciar la siguiente campaña y jugar con un 4-4-2. De hecho, ese fue el sistema que uso en su reestreno, en Huesca. Pero la falta de recursos en ataque (Abelardo no cuenta con Campuzano y Eric Ramírez no ha tenido ningún tipo de protagonismo, ni mucha implicación) limitaron al entrenador del Sporting a la hora de implantar el sistema que entiende casa mejor con la filosofía de juego que debería recuperar el club: ese estilo vertical, rápido, y de fútbol en transición. Los analistas y técnicos del club creen que en la plantilla actual faltan especialistas que puedan acoplarse a ese mismo estilo, más directo, y menos combinativo.
De ahí a que en esa forma de jugar case mejor Pablo Pérez, con el que se cuenta, y al que se le presentará una oferta de renovación por dos temporadas, como informó LA NUEVA ESPAÑA, que no se ha formalizado aún, que el de Campuzano, al que se le busca una salida, observando como una posibilidad muy real la rescisión de su contrato, al que le restan tres temporadas. Del mismo modo que Manu García o Villalba. Dos activos que en la entidad consideran valiosos por su fútbol, que tienen cartel, pero cuyo estilo se ajusta más a otra forma de jugar: más a un sistema con un mediapunta, y que apueste más por el juego en corto, combinativo, el que llevaba a cabo David Gallego. Ambos tienen contrato. Villalba, hasta 2026, tras anunciarse el pago de su cláusula al Birmingham.Y Manu, 2025, después de prolongar su vinculación un año más antes de salir cedido al Alavés.
Los dos jugadores, que también observan con buenos ojos un cambio de aires, en cualquier caso, están citados para el inicio de la pretemporada ( entre el 7 y el 8 de julio). Pero estos casos condicionan, claro, la planificación deportiva. Porque por un lado el club quiere hacer caja con sus salidas (necesita recuperar unos 7 millones), aunque hay más nombres con tirón en el mercado, como el mismo Djuka, Pedro o Gragera, y porque la prioridad ahora mismo es la operación salida antes de amarrar los refuerzos, que, por cierto, serán muchos. Y eso pasa por encontrar acomodo a los descartes (Bogdan, Pablo Pérez y Campuzano), y pensar en traspasar a alguno de los jugadores mejor vistos en el mercado. En ello está ahora mismo Javi Rico, con muchos frentes abiertos estos días. El director deportivo, que tiene previsto repasar la temporada a finales de esta semana o a inicios de la siguiente, tiene ahora mucho ajetreo para ganar músculo financiero y desatascar la plantilla. El verano, por todo, será muy largo.
