M. P. L., sargento del cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar (Almería) acusado de colaborar con una red de narcotráfico que introdujo al menos diez toneladas de hachís por la costa almeriense, atribuyó ayer su imputación a la «venganza» de su teniente, al que denunció en el año 2000 por aceptar como regalo del dueño del club de alterne «Volcán» de El Parador (Roquetas de Mar) unas porras que había traído del Caribe que, según él, fueron empleadas el 24 de julio de 2005 contra el agricultor Juan Martínez Galdeano, que falleció en el cuartel, en el conocido como «caso Roquetas». En su declaración durante la vista oral celebrada ayer en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería, M.P.L. negó su colaboración con la organización de narcotraficantes y aseguró que el Grupo Fiscal y Antidroga (GIFA) le «implicó» en los pases de hachís por haber denunciado que su superior, íntimo amigo del instructor de las diligencias contra la banda, mantenía relaciones «irregulares» con el club.