Viena, Agencias

Un austriaco con problemas económicos confesó haber asesinado a cinco familiares con un hacha para ahorrarles el sufrimiento de verle arruinado y no poder recibir el dinero que les debía. El hombre, de 39 años, se presentó en la madrugada del lunes en una comisaría de Viena, donde declaró: «Mi mujer y mi hija están muertas en el suelo». La Policía se dirigió entonces a la vivienda, y allí pudo encontrar los cadáveres de la esposa y la hija, de 7 años.

Pero la historia no terminó ahí. El hombre confesó que había matado a sus padres y a su suegro en las localidades de Linz y Amsfelden por el mismo procedimiento. Al parecer, el móvil de los crímenes era el dinero.