San Sebastián, Efe

Una mafia rusa asentada en Guipúzcoa, con ramificaciones en Álava y en Cataluña, dedicada a extorsionar a empresarios originarios de los países del Este de Europa, pretendía comprar un niño en Francia por 5.500 euros para lucrarse posteriormente con la venta de sus órganos.

Ésta es una de las principales imputaciones que el juzgado instructor del caso hizo a los integrantes de la banda en un auto en el que hace un detallado relato de las presuntas actividades delictivas de los 25 supuestos integrantes de esta «compleja red», perfectamente «estructurada y jerarquizada», que presuntamente se dedicaba a extorsionar a empresarios de la antigua Unión Soviética afincados en Guipúzcoa, bajo amenazas de muerte a ellos y sus familias.

El líder del grupo era un «niño de la guerra» con nacionalidad rusa y española que era conocido en el mundo del hampa como «Ladrón de ley» y disfrutaba de un elevado nivel de vida a pesar de no tener ninguna actividad laboral.