Santander, R. DÍAZ

«Estoy bien. Sólo quería que todo esto acabara». Diana Rodríguez Villar es una mujer valiente. Lo demostró ayer a la puerta de la Sala de la Audiencia Provincial, donde se celebró el juicio contra el hombre que le asestó varias puñaladas en junio de 2008. La médica ovetense no apartó la vista del agresor cuando llegó a la sala. La mirada de la asturiana, que parecía a la vez firme, severa y tranquila, contrastó con la de su agresor, que en ningún momento levantó los ojos del suelo. La víctima, que tuvo que permanecer veintiocho días hospitalizada, que tardó en curarse cerca de un año y que tiene cicatrices por buena parte del cuerpo, también quiso mirar de frente a su agresor, nuevamente, cuando abandonó la sala.

Diana Rodríguez ya había comentado unos minutos antes del juicio que su único deseo era acabar «de una vez con todo esto», porque «ha sido tremendo». Después del juicio señalaba que al fin podría pasar página y seguir con su vida.

Arropada por familiares, amigos y compañeros de trabajo, la médica ovetense mostraba tras el juicio su satisfacción por el acuerdo alcanzado entre todas las partes en litigio. «Era lo que deseaba», comentó la ovetense.