La Policía de Estados Unidos está en jaque por dos presos que llevan fugados dos semanas tras una evasión de película de una cárcel de máxima seguridad. Las autoridades desplegaron ayer un amplio operativo policial con perros y helicópteros en el pequeño pueblo de Friendship, en el Estado de Nueva York, donde supuestamente se ha avistado a los dos evadidos. Un testigo aseguró haber visto a los dos hombres caminando por una vía de tren de esa localidad, de unos 2.000 habitantes.

La Policía estableció un perímetro de seguridad en Friendship, situado a unos 450 kilómetros de la cárcel de Dannemora, de donde se escaparon Richard Matt y David Sweat, que cumplían condenas a cadena perpetua por asesinato.

El portavoz de la Policía de Nueva York, Beau Duffy, explicó ayer que todavía se desconocía si el testigo estaba en lo cierto y los dos hombres avistados son los fugitivos, por lo que pidió a los residentes de la zona que permanecieran en alerta. En los alrededores del pueblo neoyorquino se ha desplegado un operativo de búsqueda formado por unos 150 miembros, procedentes de varias fuerzas de seguridad, además de emplear perros y helicópteros. Los dos presos han sido incluidos en la lista de los 15 fugitivos más buscados de Estados Unidos.

No es la primera vez que la Policía es informada por los ciudadanos sobre el avistamiento de estos dos hombres. En los últimos días, los agentes han recibido múltiples informaciones sobre personas parecidas a los reos fugados que finalmente no fructificaron en avances de la investigación. Algunos de esos avisos procedían de las localidades de Erwin y Lindley, cerca de Friendship. La zona en la que ayer estaba focalizada la búsqueda se encuentra cerca del límite entre los estados de Nueva York y Pensilvania, unos 480 kilómetros al suroeste del lugar donde se encuentra el penal del que se escaparon.

Una historia de película

Sweat, de 35 años, cumplía cadena perpetua por el asesinato de un alguacil en 2002, y Matt, de 48, fue condenado a 25 años por otro asesinato en 2007. Ambos se fugaron de la cárcel de máxima seguridad perforando las paredes de sus celdas y por medio de un túnel y conductos internos llegaron hasta una alcantarilla que conducía a las afueras del penal. Una funcionaria de prisiones confesó a la Policía, el pasado 12 de junio, haber ayudado a los dos reclusos, tras lo que fue detenida y acusada de varios cargos de contrabando en primer grado por colaborar en la fuga.

La mujer se enfrenta a una pena máxima de siete años de cárcel. Joyce Mitchell, de 51 años, confesó a los investigadores que les ofreció a los dos presos acceso a un teléfono celular y metió herramientas de contrabando en el centro, además de hacer gestiones para poner a su disposición un coche.