El letrado José Ramón García, que defiende a Montserrat González y a su hija, pidió al tribunal que se condene a sus patrocinadas a 17 años y 6 meses por los delitos de asesinato y atentado, así como la pena mínima (2 años) por tenencia ilícita de armas. El letrado, que anunció que presentará un recurso, también solicitó que se conceda la libertad provisional a Triana.

Fermín Guerrero, que defiende a Raquel Gago, pidió para su cliente la pena mínima que se contempla para los tres delitos, un total de diez años, ocho por los delitos de asesinato y atentado y dos por tenencia de armas. Este letrado también anunció que recurrirá la sentencia y pidió que su patrocinada continúe en libertad condicional hasta que se resuelvan los recursos, puesto que ha demostrado que no existe riesgo de fuga y cabe la opción del indulto.

El jurado no se ha dejado llevar por los argumentos con que las defensas pretendían abrir un resquicio a condenas más benéficas. Se ha quedado con la valoración de los forenses, según los cuales las acusadas sabían lo que hacían, y ha desechado el informa psicológico de parte según el cual Montserrat González sufriría paranoia. No ha hecho caso -o al menos no ha influido para una condena más suave- del supuesto acoso (incluso sexual) de Isabel Carrasco a Triana Martínez, en el que se escudó la madre para cometer el crimen. Ni se tragó la coartada de Triana, según la cual no habría tenido intervención en el crimen y desconocería lo que iba a hacer su madre. En el juicio ofreció la peregrina excusa de que recogió el arma utilizada por su madre sin saber en realidad qué había pasado. Y tampoco creyó que la agente no supiese nada del crimen.