Seis años de prisión y siete de alejamiento con prohibición de comunicarse con la víctima, sin pago de responsabilidad civil alguno dado que la perjudicada no sufrió daños. Ésta es la condena que impuso ayer la sección quinta de la Audiencia con sede en Vigo a Julia María G. V., de 51 años y conocida como Soraya, como autora de un delito de homicidio en grado de tentativa, al intentar matar a su hermana con gasolina y prenderle fuego en una calle del centro de Vigo el año pasado, si bien la víctima resultó ilesa. Ambas hermanas son asturianas, pero llevan muchos años asentadas en la ciudad olívica.

La sentencia, que ya es firme, fue dictada "in voce" por la Sala tras el acuerdo de conformidad entre la defensa de la acusada y la Fiscalía. La Sala aplica la agravante de parentesco, pero también la atenuante de anomalía psíquica simple de la acusada, quien padece un trastorno de personalidad que merma ligeramente su capacidad cognitiva y volitiva.

"Estoy perfecta", aseguró en voz alta la acusada mientras el tribunal leía la sentencia con la atenuante de su anomalía psíquica. También interrumpió tras oír que se le imponían 6 años de prisión: "Estoy conforme con ir a la cárcel, pero no le pago nada por vía civil bajo ningún concepto y no quiero verla nunca más en mi vida", apostilló. Finalmente mientras leían que durante 7 años no podrá comunicarse ni acercarse a su hermana, saltó con un "puede ser para toda la vida". Mientras tanto, en los pasillos, la víctima reclamaba poder ver a Soraya y aseguraba que no quería que volviera a prisión.

Los hechos ocurrieron en febrero de 2015 en pleno centro de Vigo, cuando la acusada se aproximó a su hermana Ángela, "con ánimo de acabar con su vida", según los hechos admitidos ante el tribunal. Llevaba un cubo con gasolina y lo posó en el suelo al tiempo que profería amenazas de muerte. Entonces trató de rociar a Ángela con el combustible y prendió fuego al cubo causando una deflagración. Las llamas no alcanzaron a Ángela, pero una bola de fuego rodó unos 14 metros por la acera, a esa hora llena de peatones, y las llamas se apagaron cerca de las primeras mesas de la terraza de una cafetería.