Contrataban productos financieros y tecnológicos a crédito mediante documentación falsa y después no hacían frente a los pagos mensuales. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría de Miranda de Ebro (Burgos) han detenido a dos individuos, un hombre y una mujer, de 44 y 43 años de edad, respectivamente, que encadenan un largo historial de estafas, falsedades documentales y usurpaciones de identidad, para lo que se valían de una falsa labor de comerciales de una empresa española del sector energético.

La intervención policial se enmarca en la denominada "operación Talpa", que se desarrolló entre los meses de octubre y diciembre en colaboración con las brigadas de La Rioja, Burgos, Vitoria, Asturias y Madrid. Según la información facilitada por los agentes, existe un gran número de perjudicados en toda España, incluidas numerosas empresas de financiación y crédito, telefonía, entidades bancarias y grandes superficies comerciales. Los detenidos son J. M. L. P., de 44 años y vecino de Vitoria, y la mujer M. P. C. A., de 43, que ya han pasado a disposición judicial. Ambos habrían obtenido más de 30.000 euros de beneficio en apenas unos meses, parte de los cuales habrían destinado a financiar operaciones de tráfico de drogas.

Entre los efectos intervenidos por la Policía se incluye un kilogramo de diversas sustancias estupefacientes, así como balanzas de precisión y material para su distribución al menudeo.

El grupo estaba especializado en estafas financieras, para lo cual se servían de documentación falsa, como nóminas, recibos bancarios o documentos de identidad que sustraían a terceras personas.

En algún momento los estafadores llegaron a mantener hasta medio centenar de cuentas bancarias abiertas a través de las cuales contrataban productos financieros, pero después no hacían frente a los correspondientes pagos mensuales. En total, realizaron más de 200 estafas, contrataron más de 40 líneas telefónicas y se hicieron con productos electrónicos de alta gama, además de ordenadores y videoconsolas, que posteriormente eran vendidos en el mercado negro o en comercios de compraventa.