Una boliviana de 52 años murió tras sufrir el ataque de las hormigas venenosas que anidaban en un árbol al que fue atada junto a sus dos hijos por una turba que los acusó de intentar robar automóviles. El linchamiento se produjo el pasado sábado, 31 de diciembre, en la localidad amazónica de Caranavi, a 156 kilómetros al noreste de La Paz. La mujer y sus hijos fueron golpeados y atados por la turba a un "palo santo", que es el árbol donde anidan las hormigas, tras ser acusados de intentar robar vehículos. Las víctimas lo niegan, y dicen que fueron a la localidad a cobrar una deuda. La mujer murió después de que las hormigas le picaran en la tráquea, provocando una inflamación que le impidió respirar.