El expolicía Mijaíl Popkov fue condenado en enero de 2015 a cadena perpetua por el asesinato de 22 mujeres. Pero, en un nuevo juicio celebrado en Irkutsk, en el este de Siberia, admitió haber matado a otras 60 mujeres entre 1992 y 2007 en una pequeña ciudad de Siberia, lo que le convertiría en el mayor asesino en serie de la historia moderna de Rusia.