El vertido de purines a un regato que desemboca en el río Valdediós, en Villaviciosa, ha dejado tras de sí un número creciente de truchas muertas. Casi una semana después de que se produjera los pescadores continúan contabilizando ejemplares fallecidos a causa de la contaminación y la cifra se eleva ya a 220. Un grupo de voluntarios recorrió el jueves tres kilómetros y medio de ribera y encontró las últimas cinco, "en avanzado estado de descomposición". Fueron los pescadores quienes dieron aviso al Principado a través del guarda de Medio Ambiente, que recepcionó las truchas muertas junto a efectivos del Seprona. Según ha podido saber este periódico, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico está analizando muestras de agua del lugar del vertido, que se sospecha proviene de la única ganadería cercana en activo, informa P. M.