La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Oviedo ha enviado a prisión a los hermanos Sebastian y Cristian Alin Sandulache, revocando la libertad bajo fianza de 30.000 euros establecida por la magistrada del Juzgado de Instrucción 3 de Oviedo, y que abonaron cada uno de ellos. Ambos están acusados de los presuntos delitos de organización criminal, trata de seres humanos, detención ilegal, relativos a la prostitución, contra la libertad sexual, tráfico de drogas, contra los derechos de los trabajadores, y blanqueo e capitales, "y otros objeto de investigación".

La Sección Segunda es la misma que anuló el anterior juicio contra los hermanos Sandulache -el mayor por trata de seres humanos celebrado en Asturias- al nombrar a dos magistrados suplentes cuando la ley sólo permite uno. Este proceso se repetirá el próximo mes de junio. La Fiscalía solicita penas que suman 243 años para estos supuestos líderes del clan más activo de Asturias, según la Policía. En el banquillo se sentarán otros cuatro encausados. Entre todos suman peticiones de condena que superan los 600 años de prisión.

Los hechos por los que han sido enviados ahora a prisión, atendiendo al recurso presentado por la Fiscalía, se produjeron el pasado mes de diciembre, cuando durante una operación policial fueron detenidas un total de 12 personas, entre ellas los hermanos Sandulache. Todos ellos quedaron en libertad.

Sin embargo, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial admitió el recurso del Ministerio Fiscal y ahora ha validado sus argumentos, enviando al Centro Penitenciario de Villabona a los dos presuntos cabecillas del clan. Según consta en el auto judicial, "los indicios existentes son suficientes para fundamentar" la prisión provisional.

Fuentes jurídicas indicaron que el ingreso en prisión de los presuntos líderes del clan Sandulache podría servir para "convencer" a las testigos protegidas que declararon contra ellos en el primer juicio a que lo vuelvan a hacer en su repetición en junio. Sus testimonios son "fundamentales", aseguraron, "pero el miedo ha hecho que algunas no quieran volver a revivir aquello y ponerse de nuevo en el punto de mira".

Según sus declaraciones, el clan captaba a jóvenes en Rumanía, su país de origen, mediante el método del "lover boy". Las convencían para viajar a España, donde trabarían de camareras, pero la realidad es que las encerraban hacinadas en pisos de Oviedo y las obligaban a prostituirse, además de someterlas a palizas, amenazas, violaciones e incluso obligarlas a abortar.