Un desafortunado accidente ocurrido el pasado jueves por la tarde mantiene ingresado en estado grave en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) a un ganadero llanisco de 26 años de la localidad de Porrúa. S. B. R. se despeñó desde una altura de veinte metros cuando se encontraba recogiendo unas cabras en compañía de varios amigos en la vertiente de la Pica Peñamellera, perteneciente el municipio de Peñamellera Alta, con las que iban tomar parte en la tradicional feria de cabritos y carneros que ayer se celebró en Carreña (Cabrales).

La mala fortuna es la única razón para explicar lo sucedido, según los testigos. El joven llanisco se encontraba subido a una piedra de grandes dimensiones que cedió bajo sus pies. Durante la mañana de ayer fue operado de las diferentes fracturas y contusiones que presentaba en varias partes de sus cuerpo, como pelvis, uno de los brazos, cabeza, y un bronquio. La dificultad para acceder al lugar del accidente obligó a intervenir al helicóptero de Bomberos de Asturias, así como al grupo de rescate de la Guardia Civil. El 112 recibió el aviso a las 18.55 del jueves.

Para poder atender al ganadero herido fue necesario utilizar la grúa de rescate, por lo cual se desplazó el médico rescatador y un bombero. La noticia del accidente causó un gran impacto en la localidad de Porrúa, donde S. B. R. y su familia, ligados al mundo de la ganadería, son muy conocidos.

El pasado día 24 fallecía en la zona del Pontón, en Limés (Cangas del Narcea), un hombre de 76 años, Antonio Rodríguez, Goyo el del Pontón, tras ser embestido por un carnero cuando daba de comer a los animales. Un suceso similar ocurrió a finales de junio en Grado, en el pueblo de Villahizoy, donde un vecino de 69 años sufrió la embestida de un toro causándole un politraumatismo de carácter grave por el que tuvo que ser trasladado en helicóptero al HUCA.

Otro trágico desenlace tuvo el accidente agrario que sufrió otro jubilado cangués el pasado mes de abril. Baptista Fernando Gonçalves, de 72 años, moría aplastado por su tractor al precipitarse por un desnivel de seis metros. Igual de luctuoso fue el final del ganadero Manuel Castaño, más conocido como Manolín de Ceceda, de 59 años, que falleció la tarde del pasado martes al caer al vacío desde el tejado de un tendejón anexo a su vivienda, en Tineo.