"Calzo un 44, si la llego tocar, estaría peor, tendría más lesiones", adujo ayer Freddy Anthony C. M., de 33 años, acusado de saltarle dos dientes a su novia, de 23, en agosto del año pasado. El motivo: que la encontró de fiesta hablando con otro. El acusado, exmilitar expulsado por asuntos de drogas y atentado -según la víctima-, intentó aparentar en el juicio que sólo se había preocupado por ella. "Había tenido bronquitis y temía que si bebía y fumaba recayese", aseguró en la Sección Tercera de la Audiencia. El hombre, en prisión, negó haber pegado a la mujer. "Fui yo el agredido", aseguró. Dijo que actuó tranquilo, sin insultarla. Pero tanto la víctima como sus amigas cuentan lo contrario. Freddy la encontró a las cinco de la mañana ante un bar de Fomento y la sacó violentamente del grupo. "Le pregunté si me estaba siguiendo. Él me gritaba que era una guarra, que me fuera con el chico con el que hablaba. Me agarró del pelo y del cuello", declaró la víctima, de origen ucraniano. Ya habían tenido problemas: en 2015, el hombre fue condenado a 6 meses por agredirla. Pero volvieron, pese a la orden de alejamiento. Todas las discusiones eran por celos, dijo ella.

Esa misma noche, su novio la llamó fuera de sí: "Me dijo que me iba a matar al gato, quemar mis cosas". Cuando volvía a casa, en la plaza de Europa, sobre las ocho, Freddy arremetió contra ella. "Me quitó el móvil, me dio un tortazo y un cabezazo. Luego me tiró contra una papelera metálica. Quedé aturdida, pero noté cómo me arrastraba a unos setos", dijo ella. Pero los vecinos le increparon y echó a correr. Eso la salvó. Reponer los dientes perdidos le costó casi 5.000 euros. Su defensa, a cargo de Rosario Amado, pide cinco años de prisión. La fiscal, cuatro. La defensa, a cargo de Juana Friera, pidió la absolución. Según la familia de Freddy, Anastasia sólo buscaba dinero.