El infierno judicial que vive el hispano-estadounidense Pablo Ibar desde hace casi 25 años ha tenido el más negro desenlace: "Culpable". Ése ha sido el veredicto unánime del jurado en el cuarto juicio contra el español por un triple asesinato cometido en 1994 en Florida. Tras cuatro jornadas de deliberaciones en un tribunal de Fort Lauderdale, al norte de Miami, las ocho mujeres y cuatro hombres del jurado fueron inapelables: "Guilty".

El juez del caso, Dennis Bailey, anunció el veredicto a la sala, momento en que se produjeron escenas de dolor y lágrimas entre los familiares de Ibar, de 46 años, que ha pasado 16 en el corredor de la muerte. La anulación del anterior juicio, que le condenó a muerte por el asesinato de Casimir Sucharsky, dueño de un club nocturno, y de las modelos Sharon Anderson y Marie Rogers, no le ha servido de nada.

Eran las diez y media de la mañana de ayer (cuatro y media de la tarde en España) cuando el magistrado leía la decisión del jurado. Ibar, pálido, mantuvo su entereza y hasta llegó a consolar a Benjamin Waxman, su abogado principal, cuyo semblante se descompuso. En la bancada, se escuchaban los sollozos apagados de la familia de Ibar. El rostro de Tanya, la esposa del español, era la máxima expresión de tristeza y dolor. El vasco Cándido Ibar, padre del acusado, se cubrió el rostro con las manos y luego expresó su desazón: "No se puede explicar, ni entender. Esto no me lo esperaba. Juicio nulo sí, pero esto no. Es inaceptable", dijo.

Al final, las pruebas y testimonios de la defensa de Ibar no fueron suficientes para convencer al jurado. "El jurado no entendió las pruebas de ADN que mostraban numerosas dudas razonables de que Pablo no lo hizo", dijo Joe Nascimento, otro de sus abogados. El próximo 4 de febrero, la defensa pedirá la cadena perpetua en lugar de la pena de muerte solicitada por la Fiscalía. La audiencia para sentencia será el 25 de febrero.